Es importante que observes, esas dolencias a la hora de despertar podrías ser indicadores de una enfermedad grave.
El traumatólogo Luis Sanz dijo al diario El País que el cuerpo puede presentar síntomas como manos entumecidas, carraspeo, dolor de cabeza o pinchazos en las cervicales al despertar, pero si desaparecen a lo largo del día, es poco probable que se relacionen con una enfermedad.
Por el contrario, si los dolores se presentan cada vez más con mayor frecuencia e intensidad, cambian de localización o hay alteraciones en el peso, es momento de consultar con el médico.
Es probable que la parestesia se deba a una mala postura al dormir, ya que un nervio pudo haber quedado comprimido a la altura de las cervicales, pero una vez que se libera esa presión, la sensación comienza a desaparecer. Si esto ocurre con frecuencia, podría deberse al síndrome del túnel carpiano.
Aunque levantarse un poco acalorado es normal, no lo es tanto despertar con la cama completamente empapada. Si no se trata de una enfermedad que muestre otros síntomas, es probable que sea por la ropa que usas al dormir, ya que puede estar impidiendo la respiración de la piel, aunque también puede ser por reflujo nocturno, la menopausia o apnea del sueño.
No se trata de la temperatura de la habitación ni de una posible infección en la garganta, ya que simplemente es falta de hidratación, que puede ocurrir al pasar tanto tiempo sin beber agua durante la noche.
Las horas de sueño son importantes para que el cuerpo pueda repararse. Un adulto necesita dormir entre 7 y 9 horas diarias, pero nunca menos de seis, de lo contrario no tendrá la oportunidad de tener un sueño reparador, afectando su rendimiento cognitivo.
La apnea del sueño puede provocar un sueño fragmentado, de acuerdo con El País. Sin embargo, el dolor de cabeza también puede ser por hábitos poco saludables a la hora de dormir, como cenas pesadas, beber alcohol y mirar pantallas de dispositivos electrónicos.
No te preocupes, no es nada paranormal. La también encargada de la unidad de disfagia del Hospital de Alcorcón, Magdalena Pérez en Madrid, explica que “esa voz ronca se debe a que tenemos secreciones acumuladas de la noche sin aclarar, y una laringe más seca e irritada provocada por la sequedad del ambiente. Pero si, además, hemos dormido con la boca abierta o roncamos, la irritación y la sequedad aumentan de manera importante”. No hay que olvidar que las cuerdas vocales están formadas por un músculo que, como los demás, necesita cierto calentamiento. “Cualquier cosa que dificulte su vibración, como el moco, la sequedad o la irritación, hace que nos encontremos peor, algo que ocurre sobre todo al levantarnos, pero conforme aclaramos la garganta y calentamos la voz, mejorará también nuestro estado vocal”, explica la especialista.
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