EFE
Un grupo de estudiantes indocumentados amparados bajo la Acción Diferida (DACA) viajarán a su México natal por primera vez gracias a un programa que les permite tener un contacto directo con la cultura y la realidad de sus raíces…
Entre la expectación y temor, los jóvenes estudiantes de un curso académico de la Universidad Estatal de California Long Beach (CSULB), viajarán el próximo mes de julio al país latinoamericano, un lugar que muchos de ellos no conocen o ya no recuerdan.
“Creo que van a tener un conflicto, pero será un conflicto bello al poder reconectarse con sus seres queridos”, señaló a Efe Alfredo Carlos Jerez, profesor de Ciencias Políticas y Estudios Chicanos de la universidad californiana, quien viaja con el grupo como profesor adjunto.
El curso es organizado por el catedrático de CSULB Armando Vázquez Ramos, junto con el Centro de Estudios California-México, y contempla un viaje a México como parte de la “experiencia académica”, según el catedrático, en donde los estudiantes mantendrán un “intercambio cultural” y participarán en diversas charlas con profesionales de ese país.
Los alumnos, además de asumir el coste del viaje, que asciende a cerca de 5.000 dólares, se comprometen a promover el programa a su regreso, en el mes de agosto.
“Estamos sembrando semillas, porque tienen un compromiso de regresar y abrir esta oportunidad para muchos”, resaltó Vázquez Ramos, tras poner de relieve la diversidad de los estudiantes que integran el grupo de 35 alumnos.
Para poder formar parte del programa en el país vecino, además de matricularse en el curso, los jóvenes deben ser beneficiarios del programa DACA y contar con aprobación del Gobierno para un permiso temporal de viaje fuera del país.
Aunque la oportunidad de volver a ver a sus familias en México es un gran aliciente, para muchos existe el temor de no poder regresar a Estados Unidos, como confesó Rafael, un estudiante de Antropología e integrante del grupo que prefirió no dar su nombre completo.
“¿Qué hacemos si no nos dejan regresar?” expresó el alumno, quien piensa visitar el estado mexicano de Puebla en curso.
Vázquez aseguró que el grupo regresará al país legalmente y ello además marcará un punto de partida para cualquier proceso de legalización que emprenden de cara al futuro.
Otro temor extendido en el grupo es cómo afrontar la diferencia cultural entre los que han crecido en EE.UU. y sus familiares en México, los cuales en muchos casos se han desarrollado en un entorno con menos oportunidades educativas.
Pero por encima de todo se respira expectación, como la que vive Fidel Gómez, que salió del Distrito Federal mexicano a los 14 años de edad, sólo y con muchos sueños, con el fin de ayudar a su familia desde Estados Unidos.
“Voy a regresar donde mi familia para verlos, darles un abrazo y decirles cuánto los he extrañado y contarles lo que he hecho”, declaró a Efe Gómez, que acaba de cumplir 31 años y estudia una maestría en Negocios Internacionales.
“Al final del día creo que fui el que sufrió más, pero creo que el sufrimiento valió la pena”, reconoció este joven beneficiario de DACA.
Para Carla Daniela Martínez, quien llegó con sus padres a los nueve meses de nacida, además de la emoción de volver a ver a su familia, el viaje tiene un interés académico y social.
“Voy a conocer cómo son los servicios en México para los sordomudos y los voy a implementar a mi regreso aquí, para los sordomudos que son indocumentados”, contó a Efe la joven fonoaudióloga.
Otra estudiante, que solo se identificó como “Gaby” y es estudiante de Antropología Cultural y Estudios Internacionales en CSULB, se suma al grupo con la meta de “implementar un programa similar” en su comunidad, además de querer profundizar en las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos, según señaló a Efe.
El grupo de 35 “soñadores” partirán hacia México el 26 de julio y tienen programado regresar a Estados Unidos el 16 de agosto.
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