Querida Doctora Consejos:
Necesito de un consejo y creo que Ud. es la persona indicada para dármelo.
Tengo once años de casado y ya no sé qué hacer, al principio mi esposa y yo nos llevábamos bien, estábamos muy enamorados.
Pero cuando empezamos a tener niños mi esposa cambió conmigo. Ahora desde que llegó a casa empieza a gritar. Me ahoga con sus gritos, ya no quiero ni regresar porque no encuentro reposo.
Mi trabajo es muy pesado, trabajo turnos de 10 horas y luego quisiera llegar a mi casa, comer y descansar, pero ella no me deja ni comer a gusto. Todo se le va en puros gritos y reproches. No me quiero ir de la casa porque siento que mis niños me necesitan y además no podría pagar otro lugar donde vivir.
No sé si usted pueda ayudarme, pero si puede, por favor dígame qué debo hacer para que ella cambie.
El Cansado
Querido Cansado:
En tu carta no explicas cuáles son las razones por las que tu mujer grita, ni qué es lo que te reprocha. Pero mi primer pensamiento mientras yo leía tu carta fue que tal vez tú no has tomado el tiempo de averiguar qué es lo que la tiene molesta.
Si antes ella fue una buena esposa de la que estabas muy enamorado, ¿qué la hizo cambiar? A mi mente vienen muchas cosas que la pueden estar afectando.
Tal vez tú llegas muy cansado y la encuentras muy cansada y ambos necesitan tomar una hora, un día o una semana para descansar de la presión de los niños, trabajo, limpieza de casa, comida, etc. A menos que ella esté sufriendo de alguna enfermedad que altere su sistema nervioso, lo que supongo que le pasa es que te ha pedido cosas a las que no has atendido o que necesita algún tipo de ayuda con el manejo del hogar y los hijos.
Siéntate con ella y hablen. De verdad, escúchala, no digo que sea tu caso, pero algunos hombres tienden a bloquear el sonido de la voz femenina y a dejar que suene como si fuera el motor del refrigerador, sin poner atención a las palabras que se dicen. En el matrimonio ocurre algo mágico: cuando das de corazón, es cuando empiezas a recibir en igual medida.
Si el problema es cansancio, arregla uno o dos días a la semana en los que tanto tú como ella puedan tomar un par de horas.
Por ejemplo: una tarde te toca a ti comer en armonía e irte a descansar sin que nadie te de problemas, y otra tarde le toca a ella que tú compres pizza y te hagas cargo de los niños para que ella se pinte las uñas o tome un baño de tina. Buena suerte.
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