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También a ellos… “les duele la cabeza”

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“Nunca te acostarás sin saber una cosa más”, por ello hoy compartiré contigo algo que desde hace un tiempo vengo observando con preocupación; y es el aumento de problemas sexuales en hombres jóvenes,

Aunque tradicionalmente es la mujer a quien se le achaca que pone pretextos para evitar el contacto íntimo, en los últimos años la inapetencia sexual es cada vez más común entre los hombres… y aún en los jóvenes!

Por: Dra. Myriam Balbela

“Nunca te acostarás sin saber una cosa más”, por ello hoy compartiré contigo algo que desde hace un tiempo vengo observando con preocupación; y es el aumento de problemas sexuales en hombres jóvenes, por inapetencia sexual.

Estas consultas, son por pérdida de deseo y por una sensación de indiferencia hacia su pareja que se traduce en evitación del acto sexual. Estos hombres, no muestran un deseo sexual frecuente y explícito; la falta de entusiasmo por el sexo es su estilo de vida, y se diferencian de aquellos que padecen un episodio pasajero de falta de deseo, ocasionado ya sea por una enfermedad, problemas económicos, infidelidad, etc. El bajo deseo sexual de este grupo de hombres jóvenes, no es obstáculo para que hagan matrimonios socialmente buenos a los ojos de los demás, pero no matrimonios sexuales saludables en la intimidad.

Ellos, simplemente, no piensan en sexo. En algunos casos, se casan con la secreta esperanza de que esta condición no ocasione conflictos; pero se equivocan, eligiendo personas con deseos sexuales fluidos, lo cual traerá dificultades a la pareja.

Obviamente, este no es un tema que se divulgue entre los amigos, en todo caso se sincerarán con alguna persona de confianza. Cierto es que no existe ninguna norma que diga, con qué frecuencia debe expresarse el deseo sexual para ser considerado normal, por lo que el único parámetro, que se puede usar es la frecuencia que declaran las parejas que profesionalmente solicitan asistencia, y que estadísticamente resulta entre dos a tres veces por semana. Como sabemos el deseo sexual, se produce por estímulos externos, a través de nuestros cinco sentidos y las emociones, que, elevan el nivel de las hormonas testosterona, dopamina y endorfina, entre otras, lo que a su vez en nuestro sistema nervioso y cardiovascular generan una serie de reacciones en todo el cuerpo que lo preparan a sentir y vivir la pasión y el deseo.

Cuando todo este mecanismo, está en orden y no existen problemas mayores en la pareja, si hay respeto, comunicación, cariño, pero sin pasión sexual masculina y poco o nada de propuestas de sexo por parte del hombre, entonces se dice que estamos en presencia de un hombre con deseo sexual hipoactivo. Esta alteración también es definida con nombres como anafrodisia, inapetencia o apatía o anorexia sexual, aunque el término más usado es el de Deseo Sexual Inhibido o Hipoactivo. Dicha disfunción, corresponde a la fase del deseo, y se manifiesta en un bloqueo de la “libido” que no llega a provocar la estimulación erótica, aunque el hombre pueda funcionar sexualmente sin problemas.

La libido, es el impulso sexual, es algo así como la energía de vida, es la fuerza del Eros, es en pocas palabras, el Dios del Amor. El Deseo Sexual Inhibido es una condición muy compleja y multicausal donde, además de los aspectos fisiológicos, influyen otros factores tales como psico-emocionales y ambientales. Aquellos hombres que padecen de deseo sexual hipoactivo, sin ninguna condición médica existente como trastornos hormonales, cardiovasculares, sistema neurovegativo perfecto, cero stress, tienen una pareja adecuada, y aún así, tienen un deseo sexual disminuido, se debe, probablemente, a donde posesiona a su libido o impulso sexual, hacia donde se enfoca.

Son hombres con inseguridades latentes ante el rechazo y el fracaso, en vez de decir tengo miedo o tengo rabia, dicen “no, no tengo ganas”. Ese miedo a la intimidad emocional nace de un pasado cargado de rencor y rabia acumulada. Así mismo, existe una cierta predisposición en este grupo de individuos, a no tener tiempo para nada, sino para su trabajo, el cual se convierte en obsesión laboral. Esta obsesión, le sirve para evitar situaciones de intimidad y colocar toda su impulso vital, toda su libido, lejos del encuentro sexual con otra persona, por ejemplo, conseguir dinero, un ascenso, etc. Estas personas debieran revisar concienzudamente sus expectativas de vida, antes de involucrarse a vivir en pareja, porque nadie es inmune al rechazo, especialmente cuando éste proviene de una persona querida. La Doctora Myriam Balbela es la Sexóloga del Show de Piolín por la Mañana y colaboradora de El Aviso-Magazine.

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