EFE
Son las cuatro de la tarde y el murmullo de las máquinas de tejer se deja oír incluso antes de cruzar la puerta tras la que se esconde el taller boliviano donde más de cien manos tejen el lujo de Ralph Lauren, Óscar de la Renta o Donna Karan…
Saber tejer y ser madres, esas son las únicas leyes que rigen el taller de puertas hacía adentro y que cumplen todas las mujeres que integran en La Paz la asociación de Madres & Artesanas Tex, donde no solo se tejen delicados apliques y prendas, sino también las mimbres de la conciliación laboral.
Yelka Maric, gestora de esta asociación de mujeres tejedoras y bordadoras, explica a Efe que concede plena libertad a las trabajadoras para que realicen su trabajo desde “donde se sientan más cómodas”.
Conciliar la vida familiar con la vida laboral es el “punto de coincidencia” que tienen Maric y las madres que operan en el taller.
Para Maric, lo más “importante” cuando salió el primer pedido para una de las marcas más icónicas de EE.UU, como Polo Ralph Lauren, era terminarlo a tiempo, “no importaba dónde”, afirma con una sonrisa.
La emprendedora recuerda ese momento como un punto clave en el cambio de estrategia y dirección de la empresa, que empezó con la producción tradicional y, rápidamente, unos seis meses después de su creación, dio el salto a la producción de marca.
“Ahí descubrí que las mujeres, con esa libertad, cumplían muchísimo más. Estaban siendo madres, estaban siendo esposas, amas de casa, hijas y amigas”, cuenta Maric, quien confiesa estar en la misma situación y condición que las trabajadoras.
Hilda Mujica, quien no levanta la vista de la prenda que está planchando, confiesa en voz baja que este empleo le permite manejar su tiempo para dedicarse tanto a sus hijos, como a la casa y al trabajo: “Podemos llevar el trabajo a casa” pero, eso sí, siempre y cuando cumpla con su “responsabilidad de trabajo”, afirma.
Las sonrisas de las más de veinte mujeres que se encuentran en el taller organizadas en tres grupos impregna el espacio de un ambiente agradable. No levantan la vista de sus tejidos y bordados, pues la colección de otoño-invierno, en la que llevan trabajando diez meses, debe ser enviada a Estados Unidos en el mes de julio.
Una vez allí, los vestidos, los abrigos, las chompas (jerseys), ponchos y los complementos y joyerías confeccionados con la ilusión y la constancia de las sesenta madres que conforman la asociación -en temporada alta llegan a ser 200-, serán lucidas en las pasarelas más exclusivas de Nueva York.
Las manos de Verónica Mamani, una de las trabajadoras, llevan diez años tejiendo lujo. Concentrada en una técnica manual de tejido a palillo, aprecia y valora el trabajo que se realiza en el taller y, levantando la mirada, afirma: “todas las que estamos aquí somos unas artistas creando con las manos”.
Con un libro en la mano se deja ver en el área de trabajo una pequeña de unos ocho años de edad que busca a su madre, quien se encuentra tejiendo.
En el taller hay habilitada una zona para que las mujeres puedan llevar también a sus niños.
Además de entregarse plenamente a su trabajo, esta iniciativa busca también que las madres aprendan a valorarse como mujeres y a ejercer liderazgos.
Goya Chaca, líder de uno de los tres grupos de trabajo y una de las mujeres que comparte espacio con dos hermanas más, reconoce que este tipo de trabajo supone un “avance para la mujer”.
La asociación opera bajo una política de inclusión que permite a las mujeres resolver su vida económica y emocionalmente.
Para Mamani, formar parte de Madres & Artesanas Tex significa “una forma de sobresalir, una forma de poder llevar adelante a la familia”.
A su vez, Chaca subraya que, tras once años de trabajo, la “colaboración” sigue siendo la madre de los principios.
“Somos amigas, somos hermanas, es como un grupo de terapia”, apostilla Mamani.
Mientras, Hilda reconoce haber aprendido mucho sobre tejido en el taller, y señala que “antes que todo” ha aprendido lo que significa ser “compañeras entre todas”.
Operando bajo estos principios, Madres y Artesanas Tex ha obtenido varios reconocimientos a nivel nacional, como el de “Bolivia Exportadora 2012”.
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