Durante su presidencia, Barack Obama no ocultaba su frustración por algo que se había convertido en un ritual macabro: al cabo de una nueva masacre insensible con armas de fuego, Obama se dirigía al país para pedir cambios legislativos, pero las tragedias y las palabras del presidente caían en oídos sordos entre muchos en el Congreso.
La pregunta obligada: ¿Sólo porque algunos políticos incumplen su responsabilidad, debemos o no seguir proponiendo y exigiendo reformas legales significativas para el uso seguro y responsable de las armas de fuego? La respuesta es un contundente sí.
Un día después de la reciente tragedia en Monterey Park, donde un asesino solitario asesinó o hirió a personas de la tercera edad, un grupo de senadores demócratas Dianne Feinstein de California, así como Richard Blumenthal Chris Murphy de Connecticut introdujo un par de iniciativas de ley para proteger a las comunidades de las armas de asalto. El congresista David Cicilline de Rhode Island presentará una versión complementaria de la Prohibición de armas de asalto en la Cámara de Representantes.
“Es hora de que hagamos frente al lobby de las armas y eliminemos estas armas de guerra de nuestras calles, o al menos mantenerlas fuera del alcance de los jóvenes”, dijo la senadora Feinstein.
La iniciativa de ley de Prohibición de Armas de Asalto –similar a la expirada en 2004 durante la presidencia de George W. Bush– prohibiría la venta, transferencia, fabricación e importación de 205 armas de asalto de estilo militar y cargadores de alta capacidad y otros dispositivos de alimentación de municiones de alta capacidad.
Eso incluye el arma utilizada por el tirador para matar a 11 personas y herir a 9 más en una celebración del Año Nuevo Lunar en Monterey Park, California.
La Ley aumentaría la edad mínima para comprar armas de asalto de 18 a 21 años, el mismo requisito que actualmente existe en la ley para las armas cortas. Requiere una verificación de antecedentes sobre cualquier venta, intercambio o regalo futuro de un arma de asalto cubierta por el proyecto de ley, entre otras disposiciones.
El presidente Biden elogió a los legisladores demócratas que presentaron los proyectos de ley. “La mayoría del pueblo estadounidense está de acuerdo con esta acción de sentido común. No puede haber mayor responsabilidad que hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestros niños, nuestras comunidades y nuestra nación”.
El año pasado, después de la masacre de Búfalo, Biden promulgó una ley bipartidista que reforzó las verificaciones de antecedentes para los compradores de armas entre las edades de 18 y 21 años y clarificó la definición de un comerciante de armas de fuego con licencia federal.
Ese dato debía ser suficiente para pensar que es posible construir una agenda bipartidista sobre la seguridad de las armas de fuego. Tristemente, la mayoría republicana es rehén de una minoría ultraconservadora, radical y combativa que se opondrá con todos los medios para impedir el restablecimiento de la prohibición de las armas de asalto.
Pero mientras sigan ocurriendo masacres que quizás pudieron ser evitadas, es una obligación de la sociedad civil continuar demandando, exigiendo que los políticos se pongan a la altura de su responsabilidad histórica o que lo paguen en las urnas.
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