EFE
El precandidato del partido republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, culpó hoy a quienes se manifiestan en su contra, a los que llama “agitadores”, de un segundo fin de semana de protestas y episodios violentos en sus mítines…
“¿Por qué ocurre que estos horrendos manifestantes, que gritan, que maldicen, que golpean, que bloquean carreteras y puertas durante mis mítines, nunca son culpados por los medios? Triste”, escribió hoy el magnate en su activa cuenta de la red social Twitter.
“Los manifestantes bloquearon una autopista principal, retrasando la entrada a mi mitin en Arizona por horas, y los medios culpan a mis seguidores”, prosiguió en un mensaje posterior.
Tanto en su Twitter como en una entrevista con la cadena ABC, Trump evitó hoy condenar los episodios de violencia que se registraron ayer en sus dos mítines en Arizona.
En el de Tucson se vivió uno de los enfrentamientos más violentos de su campaña cuando uno de sus seguidores tiró al suelo, golpeó y pateó repetidamente a un manifestante que estaba siendo expulsado del recinto.
Preguntado por este incidente en la cadena ABC, Trump se limitó a decir que el suceso había sido “difícil de ver” pero evitó condenar lo ocurrido y remarcó que el manifestante había estado acompañado por un compañero con una capucha blanca emulando a los supremacistas blancos del Ku Klux Klan.
El magnate también tuvo que comentar el vídeo del evento de Tucson en el puede verse a su jefe de campaña, Corey Lewandowski, confrontando muy de cerca a un manifestante junto a un guardia de seguridad sin uniforme, e incluso llegando a cogerle por un momento del cuello de la camisa.
“Le doy crédito por tener espíritu”, afirmó hoy Trump, para esgrimir después que lo que quería Lewandowski era apartar de la vista de las cámaras pancartas “cargadas de blasfemia” que llevaban algunos manifestantes.
La campaña emitió el sábado por la noche un comunicado en el que defendía que el “manifestante no fue apartado por Lewandowski, sino por el hombre que estaba a su izquierda”.
Lewandowski ya estuvo bajo escrutinio cuando la reportera del portal de internet Breitbart, Michelle Fields, lo acusó de sujetarle el brazo y apartárselo con fuerza mientras pretendía hacerle una pregunta a Trump, lo que motivó que pusiera una demanda en una comisaria de Florida.
El accidentado fin de semana de la campaña de Trump comenzó el sábado por la mañana en Fountain Hills, al norteste de Phoenix (Arizona) cuando decenas de manifestantes bloquearon una carretera de acceso a su mitin durante casi una hora equipados con coches y pancartas contra el magnate.
Casi en paralelo, más de un millar de personas salían a las calles del centro de Nueva York para protestar por la retórica xenófoba y ultranacionalista del magnate, entre fuerte presencia policial.
Preguntado hoy por estos sucesos en una intervención en CNN, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo que todos los aspirantes presenciales “deben desalentar de este tipo de actividad porque la audiencia suele escuchar a los que hablan”.
También en CNN, el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, reiteró que el partido no condonará la violencia pero llamó a reflexionar “a ambos lados”, también a los “agitadores”.
Estos incidentes se suman los de la semana pasada en Chicago o a los de la anterior en Carolina del Norte y, en medio de la cada vez más crispada campaña del magnate, resuenan las palabras que pronunció en un evento en Las Vegas (Nevada) en febrero.
“A gente así la sacaban en camilla en el pasado. Me dan ganas de soltarle un puñetazo en la cara”, dijo entonces Trump, sin inmutarse.
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