Son tantas las cosas que existen en la actualidad para satisfacer las necesidades de los hijos, sobre todo en cuanto a entretenimiento se refiere, que le pregunto ¿no desearía volver a ser niño?. Supongo que su respuesta ha sido un sí, ¿verdad?
Y es que los niños de hoy son verdaderos privilegiados. Tienen sus propios hoteles, supermercados, alimentos, ropa de marca que a veces ni sus progenitores tienen y sobretodo accesorios tecnológicos muy bien equipados. ¿Pero realmente estos progresos son beneficiosos para los niños o en realidad lo único que generan es que se vuelvan más exigentes, insaciables y malcriados?
GRANDES BENEFICIOS O… GRANDES PERJUICIOS
Los empresarios se han dado cuenta del filón que representa el sector más pequeño de la casa. Hoy ya existen habitaciones de hotel dedicadas en exclusiva a cubrir y satisfacer las necesidades de los niños más exigentes o supermercados a su tamaño y medida. Y no se diga de la tecnología en entretenimiento, como los iPods, celulares, etc.
Muchos se preguntarán si se trata de dar en abundancia o de que las cosas simplemente están cambiando, en cualquier caso, si los pequeños de antes se llenaban de dulces, saltaban la cuerda o jugaban a las “escondidillas”, los chicos de hoy se convierten en expertos de juegos electrónicos o en aventajados gourmets (aficionados a la buena comida y que tienen gran conocimiento).
Supermercados a la ‘altura’
Kidfresh, es un fascinante supermercado en el Upper East Side de Manhattan (New York) donde los chicos se pueden convertir en grandes aficionados a la buena comida. Allí todo está pensado en función de los más pequeños: desde las estanterías, cuyas medidas se adaptan a los escasos centímetros de ellos, pasando por un divertido y atractivo packaging, hasta las propiedades nutricionales de cada alimento. Alimentos que, se ordenan en función del grupo de edad al que se dirigen y además están pensados para divertir a la vez que nutren, consiguiendo que el pequeño disfrute en un proceso que para muchos se convierte en tedioso y hasta insoportable, pues no es lo mismo comerse un sándwich de carita sonriente que un pescado cocinado de manera tradicional.
Pero los comerciantes no solamente se han fijado en los más pequeños, con respecto a la alimentación, no, el sector hostelero también lo ha hecho.
Desde hace años, en Buenos Aires, Argentina, el Hotel Hilton, inauguró la primera habitación dedicada a la muñeca Barbie, donde hasta las paredes y baño (pintados en rosa) recuerdan a la muñeca creada en 1959 y más vendida de la historia.
En el quinto piso del lujoso hotel de cinco estrellas, las fanáticas de la sexy muñeca rubia encontrarán todo lo que pueden desear: vajilla, muebles, juguetes, caramelos, perfume, disfraces, alfombras, toallas e incluso teléfono de la Barbie.
Tiendas de Prestigio a su tamaño
Si las niñas de otro tiempo se divertían probándose los tacones, bolsos y vestidos de sus madres, ahora pueden tener su propio bolso pequeño Gucci, como el de mamá.
Existen tiendas y páginas web que ofrecen accesorios exclusivos y de marca para las mujercitas de la casa.
Por si fuera poco, las sucesoras de París Hilton se divertirán con peluches que imitan los bolsos y perfumes de sus madres (hay uno que emula la forma del frasco del perfume más vendido de Chanel, el número 5).
En Reino Unido van más allá, Children Salon es la mejor tienda para niños. Armani Baby, Burberry, Byblos, Kenzo, Dolce & Gabana, Petit Bateau, Moschino o Ralph Lauren, entre muchas otras, venden allí sus colecciones junior y baby. (www.childrensalon.co.uk).
Y la tecnología no se queda atrás
Llegados a este punto, no cabe duda de que los niños de hoy se asemejan más a estresados ejecutivos que a inocentes y cándidos pequeños, y, como tales, no pueden prescindir de poseer sus propios gadgets tecnológicos.
En esta línea, surge Firefly, un celular con sólo cinco teclas que permite recibir llamadas y no deja ni mandar textos, ni llamar, ni hacer fotos.
El teléfono consigue, por una parte, mantener tranquilos a los padres aprensivos, que conocen en todo momento el paradero de sus chiquitines y por otra, satisfacer a los “clientes” del aparato, que se sienten “más importantes”.
Con todo esto, no queda más que decir que esta nueva elite infantil es algo divertido para los niños y de cierta manera también para los padres, aunque claro, siempre y cuando el estar ‘in’ no afecte demasiado su bolsillo. En cuanto a si afecta a su comportamiento, esto depende en gran parte a los valores que se le enseñen a los hijos respecto a esto!!
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