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No es fácil trabajar de noche. Mucho menos lo es cuando un gran porcentaje de tu sueldo dependerá de la cantidad de personas que ingresen al local durante el turno y -por supuesto- de lo satisfechos que queden con tu atención. Claro que esa visión algo pesimista puede cambiar completamente cuando miras la propina que te dejó tu último cliente y ves la muy considerable cifra de US$600…
Eso es lo que le ocurrió a Lauren Ball, una mamá soltera que trabaja en un restaurante de Kingsport, Tenessee de la cadera Waffle House.
“Estaba lista para irme a la casa, ni siquiera tenía ganas de atenderlo pero era la única mesera disponible”, dijo Ball a un medio local una vez que la noticia se hizo viral en EE.UU.
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