La transparencia del ser humano lo es todo. Nuestro pasar por esta vida sería más llevadero si nos mostráramos ante el mundo tal cual somos, con virtudes y defectos.
¿Por qué tenemos miedo a mostrarnos?
Abrir nuestro interior a la luz del día, por supuesto, es difícil. Si me vas a conocer, tengo que estar dispuesta a compartir contigo los miedos, enojos y envidias que parecen disminuirme como persona. Y eso me aterra.
Sin embargo, si nos aislamos, guardando nuestros secretos y emociones, sucede una extraña fermentación interna que con el tiempo se convierte en veneno y eventualmente nos mata.
El poeta John Berryman, que saltó desde un puente, dejó escrito: “Nos enfermamos tanto como nos reservamos”. ¡Qué razón tenía!
Según el psicólogo John Powell, debemos bajar la máscara para eliminar varios miedos: miedo a la intimidad, miedo a la separación, miedo a la fusión, miedo al rechazo y muchas veces miedo a la responsabilidad.
Nos da miedo la intimidad; no sabemos a qué caminos nos pueda llevar. Temo mostrarte mi lado flaco, mi lado oscuro. Por lo tanto, evito comunicarme íntimamente contigo.
A algunos nos da miedo la separación. No quiero acercarme mucho a ti porque, quizá, después me dejes y eso me puede lastimar.
Otros tememos la fusión. ¿Si comparto todo contigo, qué me va a quedar para mí? ¿Todavía podré mantener mi propio pedazo de territorio, ése donde puedo estar solo?
También le tenemos miedo al rechazo. Si de verdad me conocieras, no te voy a gustar. Quizá pierdas poco a poco el interés una vez que sepas todo sobre mí. Así que sólo te muestro mi salón de trofeos y cierro el que guarda mis debilidades.
Por último, existe el miedo a la responsabilidad. Si me acerco mucho a ti, me involucro a fondo, y eso me obliga a estar cuando tú me necesites.
No sé qué tan dispuesto estoy al compromiso.
Con estos miedos, disfrazamos nuestro verdadero yo, pero también disfrazamos uno de nuestros más fuertes y grandes atractivos: el encanto natural que viene de ser uno mismo.
El secreto para evitar la soledad emocional y lograr la aceptación de los demás, sería básicamente quitarnos las máscaras, porque de esta manera podríamos asumir los riesgos y mostrarnos ante todos tal como somos.
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