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Agresividad en sus hijos: ¿Cómo controlar el problema?

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A veces, ante el enojo de no recibir lo que quieren, o ante la impotencia de no poder hacer las cosas a su modo, algunos niños se tornan agresivos. Tales actitudes deben ser corregidas desde pequeños

La agresividad en los niños es una preocupación para muchos padres y maestros. El número de niños y adolescentes agresivos en nuestra sociedad  ha aumentado sorprendentemente.

Entre más se les permite a los hijos, más abusan, sobre todo cuando de actitud se trata. Y es que cuanto más se les ‘acepta’ que hagan sus caprichos y berrinches, más probabilidades hay de que con el tiempo se tornen agresivos y hasta violentos. 

Ante las actitudes de desobediencia por parte de los niños, no es raro escuchar a muchos padres decir: “esta chiquito, no entiende bien todavía”, “no es para tanto”, “cuando sea más grande, lo dejará de hacer”. Pero los padres que opinan eso, se equivocan, pues es desde temprana edad que se fomenta la buena actitud, después, ya es demasiado tarde. 

Un gran error que los padres cometen respecto a la mala actitud de los hijos, es ignorarla, no tomarla en cuenta o hacerse de la vista gorda como dicen algunos. En vez de eso, comience a hacerle saber a sus hijos que eso que hacen no está bien. 

HIJO AGRESIVO, ¿CÓMO ACTUAR?

Los padres deben tener ‘tacto’ cuando se enfrenten a un hijo agresivo, ya que éste puede sentir que no lo quiere debido a la mayor frecuencia de regaños o castigos hacia él, en comparación con sus hermanos. Por lo general, el niño ve sólo la conducta que sus padres tienen con él y no la intención de corregirlo por el amor que le tienen.

Reconociendo al niño agresivo

Las siguientes son algunas características que le ayudarán a identificar si su hijo es agresivo por naturaleza o sólo es caprichoso, de cualquier manera, conociendo esto, le podrá ayudar a desarrollar mejor su actitud. 

– Es impulsivo: no tiene capacidad de reflexión. Se le pasa la idea por la cabeza y actúa sin pensar si es buena o mala. Termina las tareas apurado, se le olvidan las cosas. Generalmente tiene problemas con las normas y reglas.

Al no ser reflexivo, no piensa en las consecuencias. Actúa y punto.

– Baja tolerancia a la frustración: no es capaz de aguantar que le vaya mal. Si no cumples sus expectativas, sufre una reacción.

– Dificultad para postergar la gratificación: es un niño de los ‘‘de inmediato’’. No puede esperar… todo debe ser cuando él o ella decida.

– Cambian de estado de ánimo muy rápido: De enojado a contento en un minuto. Esto puede ser de cierta forma positivo, ya que descarga su rabia sin acumularla. 

Niños agresivos ¿CÓmo manejar el problema?

Los padres deben entender que detrás de la agresión del hijo siempre se esconde algo como tristeza, impotencia, rencor, etc.  Castigarlo sin escucharlo o tratar de comprenderlo, puede generar aún más agresividad en el menor.  

¿Qué es recomendable hacer? 

– Modelar su reflexión: Dando el ejemplo. Los niños aprenden de sus formas de expresar el enojo. Si usted da portazos, gritos, golpes, etc., eso hará él/ella. Si cuando usted está muy enojado, se serena y trata de bajar lo nivel de su ira, ese será su ejemplo que su hijo aprenderá.

– Conectar al niño con sus emociones: Hay que VERBALIZAR para ayudarlos a conectar. En la agresión es aún más importante esta acción. Lo que sirve es acompañarlo hasta que termine su pataleta o agresión y vuelva al control. Después, explíquele cómo podría haber planteado su enojo de forma conversada como alternativa a la agresión protagonizada. Esa conversación es clave cuando ha sido sobrepasado por su entorno.

– Enseñar a evaluar alternativas: los niños no ven otra alternativa a enojarse y pegar. Es su vía de expresarse y no la cuestionan. Es recomendable enseñarles a pensar otras maneras de manifestarse… Pedirles más de una alternativa para que interioricen el hecho de que hay más de un camino de solución. Además, se les abre un espacio de opinión y aporte.

-Causalidad emocional: hacerles ver que las personas agresivas o enojonas provocan rechazo. Para hacer entender esto, usted debe mostrar que también se enoja pero manteniendo el control. Hace las cosas mirando las alternativas. De esta manera, los niños aprenderán a ver un enojo controlado. También se pueden usar historias personales o de terceros para aprender la reflexión. 

A los niños no hay que hablarles demasiado porque aunque todo entienden, no le dan importancia a lo que se les dicen o pronto lo olvidan, por eso se les debe decir lo justo, pero suficiente para que hagan lo que se les pide…. Y recuerde, esto es un proceso que sólo se logra con paciencia!

 

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