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OPERACIÓN “VERANO SALUDABLE” SIN DIETAS MILAGROSAS

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Cada año, cuando los calores primaverales anuncian la llegada del verano, millones de personas en todo el mundo, inician una apresurada carrera para intentar ponerse en forma y bajar de peso en poco tiempo, para eliminar los kilos adquiridos durante el invierno y lucir un buen aspecto en la temporada cálida, cuando nuestro cuerpo está mas expuesto a las miradas.

Este objetivo a corto plazo, que puede causar mas perjuicios que beneficios, si no se hace adecuadamente ni se tienen en cuenta unas medidas básicas, es preferible reemplazarlo por un concepto de ‘verano saludable’ basado en la nutrición equilibrada, la vida activa y el autocuidado psicológico, que sienten las bases para la salud a lo largo de todo el año y no solo en los meses cálidos.

El Instituto Médico Europeo de la Obesidad, IMEO (https://imeoobesidad.com), recomienda aprovechar la época estival y el tiempo libre para adquirir y mantener un estilo de vida activo, sintonizando actividad física y alimentación, con una visión positiva y bajo supervisión profesional”.

Lo primordial es adelgazar con salud, tener objetivos realistas y plantearse unos cambios saludables a largo plazo.

Para Rubén  Bravo, portavoz del IMEO, la ‘Operación Bikini’ es una técnica para bajar de peso que “muy pocas veces va ligada a la salud, ya que su premisa esencial es lograr resultados rápidos a cualquier precio: dietas milagro ultra-restrictivas, pastillas de origen desconocido o efectos impredecibles, y un ejercicio extenuante poco adaptado con alto riesgo de lesiones”.

Este experto recomienda evitar las ‘dietas milagro’, que suelen ser deficitarias en ciertos nutrientes y ser seguidas por excesos gastronómicos tras pasar semanas de hambre, y los “remedios milagrosos” para bajar de peso ofrecidos en línea, de dudosa eficacia y que pueden tener graves consecuencias para la salud.

ANTES DEL VERANO.

“Un objetivo saludable puede ser una pérdida de peso de entorno a 1 kilogramo a la semana”, recalca Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO.

“Lo ideal es acudir a un dietista-nutricionista

para obtener un plan personalizado y adaptado a nuestra situación y requerimientos”, apunta.

Señala que para bajar de peso es necesario llevar una dieta hipocalórica en la que se consuma una cantidad óptima y balanceada tanto de energía, como de macro y micronutrientes.

DURANTE LAS VACACIONES.

Carmen Escalada también sugiere planificar las vacaciones, teniendo en cuenta el cuidado de nuestra salud y su actual estado.

Si se tiene sobrepeso u obesidad, hay que evitar en lo posible las opciones de ‘todo incluido’ y los hoteles con ‘bufé libre’, ya que incitan a comer más de la cuenta y de modo poco saludable, asegura.

Para hidratarse en verano, el agua y las infusiones deben ser la bebida habitual, consumiendo de manera metódica los seis u ocho vasos de agua al día.

La actividad física regular es otra clave de un plan saludable para perder peso, porque según Bravo “beneficia nuestra salud y equilibrio emocional, fortalece las articulaciones, los músculos y el sistema cardiovascular, nos ayuda a liberar endorfinas, potencia el bienestar y disminuye los niveles de estrés”.

Tras fijar nuestro objetivo –tonificar, reducir grasa y perder peso o aumentar la masa muscular– este experto aconseja pasar a la acción, practicando actividades concretas de intensidad media o alta,  cuatro  veces  a  la  semana,  una  hora  al  día. 

DESPUÉS DEL VERANO Y LAS VACACIONES.

Otro riesgo de perder peso recurriendo a las ‘dietas milagro’, los remedios adelgazantes ‘milagrosos’, los regímenes demasiado restrictivos y las rutinas deportivas desmedidas, es el ‘efecto rebote’, consistente en incurrir en excesos gastronómicos sin control tras semanas de pasar hambre, adelgazar con pastillas, restringir la alimentación y practicar un ejercicio extenuante.

Para evitar este escenario, Carmen Escalada recomienda adoptar cambios que a largo plazo tendrán un efecto más positivo.

“En este sentido, la recomendación es aumentar la ingesta de frutas, verduras y hortalizas, repartir las comidas en tomas pequeñas cada 3-4 horas y priorizar los alimentos frescos, dejando de lado los ultra-procesados”, según Escalada.

Ricardo Segura // EFE Reportajes

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