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Cómo distinguir ‘La intolerancia a la lactosa’ del ‘Síndrome de colon irritable’

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Cada vez son más las personas que padecen algún tipo de problemas digestivos, como la intolerancia a la lactosa que en ocasiones se confunde con los síntomas del síndrome de colon irritable, ya sea por un mal diagnóstico o por un empeoramiento del intestino.

Cuál es la diferencia entre intolerancia a la lactosa y el síndrome de colon irritable

Intolerancia a la lactosa
Esta se presenta cuando existe carencia en la producción de la enzima lactasa, por lo que el organismo no puede procesar correctamente los diversos productos lácteos, esto ocasiona Diarrea, Flatulencia, Distensión y Dolor abdominal provocado precisamente al ingerir esta clase de alimentos.
Se puede diagnosticar con una Prueba de Tolerancia a la Lactosa tomando muestras de sangre y sus causas pueden ser agentes bacteriológicos o virales o también a raíz de alguna cirugía intestinal. Realmente no se conocen consecuencias graves de esta enfermedad y su tratamiento es con base a una dieta baja en lácteos o con la utilización de enzimas artificiales de lactasa en los alimentos.
Síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno que lleva a dolor abdominal y cambios en el intestino.
Causas. Las razones por las que se presenta el SII no son claras. Se puede presentar después de una infección intestinal bacteriana o por parásitos (yardiasis). Esto se denomina SII posinfeccioso. Igualmente, puede haber otros desencadenantes, incluso el estrés.
El intestino está conectado al cerebro usando señales hormonales y nerviosas que van y vienen entre el intestino y el cerebro. Estas afectan el funcionamiento intestinal y los síntomas. Los nervios pueden volverse más activos durante momentos de estrés, lo que puede provocar que los intestinos sean más sensibles y se compriman o se contraigan más.
Este síndrome se puede presentar a cualquier edad, pero a menudo comienza en la adolescencia o a principios de la vida adulta y es dos veces más común en las mujeres que en los hombres.
Aproximadamente de 10% a 15% de las personas en los Estados Unidos tiene síntomas SII. Esta afección es el problema intestinal más común que lleva a que las personas sean remitidas a un especialista en intestinos (gastroenterólogo).
Algunas soluciones a estos padecimientos
Además de las leches sin lactosa, los intolerantes a este azúcar tienen una amplia variedad de productos derivados de la leche que pueden consumir sin preocuparse por la motilidad gastrointestinal, como yogures, kéfir, cuajadas, mantequilla y quesos curados. Esto es posible gracias a las bacterias lácticas —lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus— que se utilizan para la fermentación, rompen la lactosa y producen ácido láctico. Cuanto más ácido sea el producto, menos cantidad de lactosa y mejor digestión: un yogur, por ejemplo, es más ácido que el kéfir.
En cuanto a las personas afectadas de colon irritable, numerosos estudios han concluido que los alimentos con probióticos, como los yogures, ayudan a mejorar los síntomas. Sí y no. En una revisión de estos estudios llevada a cabo por la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington (EE UU) observaron que, según los síntomas que presenta el paciente y el tipo de probiótico, estos suplementos pueden ayudar a revertir la irritación mejorando la flora intestinal o no reportar ningún beneficio en absoluto.

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