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COMODIDAD Y FODONGUEZ

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No son lo mismo; no te confundas!

¿Quiuubolee razaaa!, cómo las han pasado, bien y bonito?… digo, digo, estas tardes de principios de otoño.

Y como dijo el dermatólogo, vamos directo al grano, así que de una güena vez déjenme les echo uno bueno… el chistorete de hoy se llama ‘Las vecinas’… ai’ ta’

Resulta que andando de compras en elegante mol (mall, pues) se encontraron dos señoras que hacía años habían sido vecinas en un barrio pobre. Las hijas mayores de ambas eran casi de la misma edad y desde pequeñas eran muy, pero muy bellas, tanto así, que la gente auguraba que iban a ser modelos.

– ¡Ay, cuánto gusto doña Sinforoza, tanto tiempo sin vernos!, ¿cómo le ha ido a usted y su familia?

– ¡Muy bien, doña Zaturnina, gracias! Ya no pasamos las penurias de hace años; ahora no nos falta dinero y ya hasta compramos una casita.

– ¡Oiga, qué bien Sinforocita! ¿y cómo le hizo…?

– Pues fíjese que mi hija Facilisia estudió computación y relaciones internacionales y ahora anda con su jefe pa’todos lados; ya lo acompañó a Europa y Asia. Me salió buena hija y muy trabajadora. Y como va con su jefe a todos lados, siempre lleva su ‘lapta’ (LAPTOP). Se puede decir que con tanto taca-tataca nos ha sacado adelante.

Y a ustedes Zaturninita, ¿cómo les ha ido?

– ¡Pues bien. No me puedo quejar! Mi’ija no estudió, pero si hay dinero y también una casita. Y es que mi muchacha Ignacia también acompaña a su jefe pa’ todas partes, y le paga muy bien.

– ¿Pero cómo es eso, Zaturninita, si su hija no estudió?

– ¡Ah, qué Sinforocita!… Po’s si, mi Nachita no estudio, pero si viuera que me salió igual de ‘prosti’ que su Facilisia… ¡pero sin el taca-tataca!….

 je!, je!, je!,

Y a propósito de frijoles rellenos de gorgojos y ostiones aderezados con cajeta de membrillo, déjenme les cuento algo que me ocurrió. No están ustedes pa’saberlo, pero fijensennn que el sábado pasado jui al banco a cambiar mi chequecito. Hace tiempo que lo hago en la máquina A Toda Madre (ATM) que está ajuera del banco…

Total que entré y agarré la cola, digo, me formé en la fila, que estaba rete larga. Y en lo que esperaba llegar a la ventanilla, empecé a visentiar pa’todos lados. Adelantito estaba un bato panzón (más que yo), ah!, eso sí, muy deportista, el güey… iba en short deportivo, camisola de los lakers, con las greñas que parecian todavía traían la almohada y en chanclas, de con las que sale uo del baño…

Y ya casi pa’ llegar a la ventanilla una señora gordita, igual que el bato, en unas fachas, y no tengo nada contra las llenitas, de hecho me gustan las gorditas (y las de comer también) pero esta señora iba en unas faaachas, que no sé si me daba vergüenza ajena o coraje.

Total, seguí mirando y ‘tragando cristianos’ hasta que me atendieron…. Cuando ya iba rumbo hacia mi penhouse -que antiguamente se le conocía como garage arreglado- iba pensando en aquello y que la neta, hasta ahorita no me cabe en la cabeza cómo puede haber gente que, dizque “por comodidad”, porque según ellos así se sienten muy cómodos, sea tan sucia, tan descuidada, tan floja, tan puerca, taan… taan… fodonga, en pocas palabras.

Seguramente a ustedes le ha tocado ver, como a mí, que en la tienda, el supermercado, la calle, en las escuelas, el banco, la panadería, el siete-once, y por donde sea, a mujeres que salen a la calle en chanclas y uno se pregunta: ¿no les dará vergüenza que les vean las patas chorreadas, con los talones agrietados como mazapán partido, o no’más que van todas greñudas, con el pelo recogido con algún broche y en pijama o con ropa arrugada como si la hubiera mordido un burro?

Digo, yo estoy de acuerdo en que no siempre se debe vestir elegantemente, como si fuera a una fiesta, al salir de casa, es más, aunque estén en casa, deberían arreglarse un poquito, y no porque alguien las vea, sino para que ellas mismas se sientan limpias, bonitas, femeninas, apetecibles y hasta encamables y de paso así evitan que el …uevón de su viejo se vaya de coscolino o ande tirando la baba en cuanto detecta a una femenina de buen ver.

Sé que usted que está leyendo esto no es de ese tipo de mujer, ¿verda’?… pero si lo fuera… ¡ya vístase bonito, arréglese sus manos, sus pies, póngase chula, es decir, ¡cambie, pa’que no la cambien!

¡Ah, pero ni piensen que se me van a escapar esos batos atascados,… üevones y cochinos que los sábados acompañan a su vieja al mandado, o solos deambulan por cualquier lado, todos barbudos, con huaraches por donde se asoman los dedos de las patas ¡Síii!! dije patas, y qué!!, todas cochinas y con uñas que parecen garfios, los pelos parados, etc.

Y aunque ellos (y ellas) se defienden argumentando que andan así, por comodidad, pero ¿saben qué?… que están mal quienes piensan así, (o se hacen ._.indejos, que es lo mismo) porque COMODIDAD NO ES IGUAL a FODONGUEZ.

Yo sé tu no eres de esos, pero si conoces a alguien así, sea hombre o mujer, regálale este dizque artículo, pero pa’que no te la haga de do-pe, con una sonrisa medio lela, dile: “po’s yo no sé; esto lo escribió un bato que se hace llamar el…

diGo… yO No’mas DigO!

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