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El café se puede aprovechar para producir energía y reducir la contaminación

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   Una iniciativa interesante para generar energía limpia y reducir la contaminación utilizando el café con un doble beneficio ambiental, es la llevada a cabo en varias fincas cafetaleras de los principales países productores de América del Sur. Los responsables de este sistema de certificación de cultivo sostenible de café, té y cacao pusieron en marcha en 2010 el proyecto “Energía a partir de los desechos del café”. Su objetivo es evitar el impacto ambiental y sanitario generado por la generación de aguas residuales en el proceso de fabricación del café y producir, de paso, biogás para las comunidades locales de los países cafeteros.

  Los desechos de café mundiales podrían generar unos 200 millones de litros de biodiesel. 

   La elaboración del café genera una importante cantidad de aguas residuales, conocidas como aguas mieles, que suelen acabar en los ríos sin tratamiento alguno. Estos residuos de alta toxicidad afectan a la fauna y flora y a las comunidades que viven corriente abajo, además de a los suelos, y provocan la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), implicados en el cambio climático. Los países de América Latina, que producen el 70% de café de todo el planeta, y poseen el 31% de los recursos mundiales de agua dulce, son los principales afectados.

  Los impulsores del proyecto aseguran que han conseguido varios avances positivos para el medio ambiente y las comunidades locales, como prevenir la deforestación local, sustituir las contaminantes estufas de leña por otras con el sistema utilizada en el procesamiento del café y ahorrando el 50% del agua.

   Café para hacer biocombustibles: proyectos interesantes. Varios equipos científicos de todo el mundo trabajan para transformar los residuos del café en energía renovable. Además de resolver el problema de qué hacer con estos desechos tóxicos, sus responsables obtienen biocombustibles más ecológicos que los de la denominada primera generación, los cuales usan como materia prima cultivos que podrían destinarse al consumo humano.

   En la Universidad inglesa de Bath han desarrollado un sistema para obtener biodiesel a partir de los residuos de café molidos. Sobre el desecho se aplica un solvente orgánico y luego se pasa por un proceso denominado transesterificación, que da como resultado un compuesto oleoso que puede utilizarse de biodiesel. Una de sus principales ventajas es que aprovecha residuos en vez de cultivos de uso alimentario como los primeros biocombustibles que se lanzaron al mercado. El potencial de estos desechos es importante: con 10 kilos se obtienen 2 litros de biodiesel.

   Un equipo de investigadores de la Universidad de Nevada (Reno, EE.UU.), extrajeron los residuos de una gran empresa cafetera estadounidense para transformarlo en un aceite que han convertido en biodiesel para vehículos. Además, con los residuos sobrantes consiguieron biomasa para usarla como combustible en sistemas de calefacción o como abono para jardinería.

  Los responsables del proyecto, Narasimharao Kondamudi, Susanta Mohapatra y Mano Misra, destacan que se puede convertir en una interesante fuente monetaria: estiman que con los desechos de la citada compañía podrían obtener unos ocho millones de dólares anuales. En los países productores de café podría ser también una forma de aprovechar los granos que no son aptos para su consumo alimentario y transformarlos en energía renovable. Los autores calculan también que los desechos de café producidos en todo el mundo tendrían un potencial para generar unos 200 millones de litros de biodiesel.

  Este proceso no es nuevo. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando no había gasolina en Europa, más de un millón de vehículos lo emplearon para convertir carbón y virutas de madera en gas.

 

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