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El Ratoncito Orgulloso.

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Ratoncito tenía muy buen aspecto y por tal motivo se creia el mas guapo del pueblo y, para llamar la atencion se dejaba

Ratoncito tenía muy buen aspecto y por tal
motivo se creía el más guapo del pueblo y,
para llamar la atención se dejaba crecer su
cola lo más largo posible. Esta pronto adquirió
el doble de su tamaño normal.

Sus amigos, sabiendo las consecuencias que
trae el tener una cola tan larga, no dejaban
de aconsejarle.

–Ratoncito, no conviene que andes tú solo
por ahí con esa cola tan larga. Los gatos son
muy ágiles y podrían cogerte con mayor facilidad
-le dijo uno de sus amigos.

–Además, no se te hace muy molesto andar
arrastrando una cola tan pesada. Puedes
atorarte en cualquier sitio -razonó el otro.
Ratoncito, ignoraba cualquier consejo y recomendación
que sus amigos le hacían. Sólo
se sentía muy satisfecho y hasta vanidoso de
tener una cola larga, lustrosa y de buen ver.
Andaba sin parar de un lado a otro, ufano y
con aires de grandeza.
Un día, el pueblo fue atacado por algunos
felinos muy hambrientos. Todos huyeron lo
más pronto posible. Ratoncito también lo intentó,
pero ¡ay!, su cola era demasiado larga
y uno de los gatos logró atraparlo del extremo
de ésta. Tirando, tirando, pronto tuvo al
ratoncito al alcance de sus faces.

–¡Así que tú eres el ratón que siempre anda
presumiendo de su larga cola, ¿eh? ¡Pobre
ratón infeliz, vas a recibir tu merecido! -le
dijo el gato… Más tardó en decir esto, que
en lo que se lo comió.
Amiguitos, en la vida hay cosas en las que es
mejor pasar inadvertido, que hacerse notar
demasiado.

Moraleja: ¡Con discreción debes actuar,
si en problemas no quieres acabar!

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