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Licenciado Vidriera Ed 50- 2015

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Por Mario Soto Centeno 

Me volvió a escribir mi lector, digo que es uno y el mismo que me escribe con diferentes nombres, porque su estilo es el mismo, sus críticas muy parecidas; se explica que use diferentes nombres, tal vez yo también me avergonzaría de perder el tiempo leyendo tarugadas, aunque este lector dice que mis críticas a la sociedad “pueden ser profundas si se profundiza”… No le entendí. Por andarme leyendo, ya se le pegó mi enredoso modo de decir las cosas, pero parece que da a entender que mis reflexiones dan campo para pensar…¡Aleluya!. Nomás que adelante me manda por un tubo cuando dice que me gusta criticar, pero pocas veces ofrezco soluciones y cuando lo hago, las soluciones que propongo son muy simples.

   ¡Grandísimo tarugo! ¿Quién te dijo a ti que las soluciones a los problemas deben ser complicadas” ¡Estas hasta la…!  No te creas, gracias por tus comentarios que recibo con mucho gusto, mira, hasta estoy sonriendo. Y ten por seguro que los aprecio en todo lo que valen, amén… digo, cual debe ser. 

  Ahora voy yo… ¿Que las soluciones que propongo son simples? Sí, señor, porque no tengo de otras. La soluciones complicadas se las dejamos a los expertos, a los profesionales. Esos que nos han solucionado la enfermedades, los que tienen tan bien organizada la economía mundial; los que ya lograron la paz mundial, los que ya detuvieron el calentamiento global, y todos los problemas que hubo una vez en el mundo, a esos que nos han solucionado todo les dejamos las soluciones complicadas. Los sabios siempre hemos dado soluciones sencillas, simples, claras. 

  Por lo general los religiosos de todos los tiempos atribuyen a los iniciadores de su religión las grandes verdades, pero la realidad es que las grandes verdades son más viejas que las religiones, un ejemplo es “la regla de oro” que viene desde el primer sabio que haya existido en este viejo mundo “No hagas a los demás lo que no quieras que los demás te hagan a ti” “trata a los demás como quieres y esperas que los demás te traten”. Sí también se puede decir “ama a tu prójimo como a ti mismo”… De la manera que la digas la idea es la misma… ¡Y es sencilla! ¿a poco no? ¿Entonces por qué se nos hace tan complicada? ¿Será verdad que a los zonzos nos gustan las soluciones complicadas? ¿Para sentirnos inteligentes?.. Eso sí que es ser zonzo con estilo y calidad, zonzos de primera. 

 Cualquiera con tres dedos de frente, como decían los viejos, es capaz de pensar que con la aplicación de esa simple regla, simple aunque sea de oro,  se solucionarían casi todos, por no decir todos, los problemas que aquejan a la humanidad. 

  En días pasados se reunieron en Francia los jefes de estado más importantes del mundo, que dizque para encontrarle solución al calentamiento global. En primer lugar, sepan que ya les perdimos la fe. Muchas juntas, mucho blavlablavla, pero ya se vio claro que nomás les gustan las luces y las cámaras, pero cuando les dicen ¡Action!  Se van con la cola entre las patas a sus casas a esperar la siguiente reunión.

 ¿Se acuerdan que en la reunión de Copenhague se descubrió que desde antes que empezara la reunión sobre el calentamiento ya tenían impresa la hoja de conclusiones y resoluciones? 

  Señores, la cosas es simple, si la tierra se está calentando, ya no la calienten, quítenle la lumbre. Hasta la ranchera más ignorante sabe que si el comal está muy caliente hay que sacarle tizones al fogón y que si la tortilla se está quemando hay que retirarla rápido…y aventarla al chiquigüite…  Sólo que nadie quiere hacer eso tan simple, como es el dejar de calentar la tierra. Por el contrario, le siguen soplando y  metiendo más tizones… Y se siguen lamentando y poniendo el grito en el cielo de que  la tierra se está calentando… y piensan los muy… que haciendo juntas se solucionará el problema.

  El protocolo para remediar el calentamiento fue inicialmente adoptado el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón, pero no entró en vigor hasta el 16 de febrero de 2005. En noviembre de 2009, eran 187 estados los que ratificaron el protocolo, pues ahí tienes que el otro día leí que Marruecos pidió que se respetara el tratado de Kioto, creo que ni siquiera ha sido ratificado por todos los países.

   Aunque tú eres uno entre 7,000 millones de personas en el planeta, no dejes que sean los otros 6,999,999,999 los que hagan todo, a ti te toca una parte… y a lo mejor dos porque hay que descontar a los políticos y poderosos que no hacen nada. 

  Lo importante es cambiar nuestro modo de pensar, el cambio de actuación vendrá por añadidura. Lo malo es que en el campo de la pensadera no hemos progresado mucho o progresamos muy lentamente y, como ya he dicho antes, estamos en una onda baja del la razón, hubo un siglo de las luces, este es el siglo de las pantallas y los espejos… No es solo el calentamiento global lo que nos aqueja, es la falta de raciocinio, es el amor a la mentira a lo aparatoso, a lo estrafalario, a lo falso, a la apariencia. Gracias al lector que me escribió por recordarme que mis soluciones son simples…pero creo firmemente que son las mejores… las únicas y verdaderas soluciones… Si empezáramos por aplicar la regla de oro el mundo mejoraría al 130%… Deja de hacer a los demás lo que no te gustaría que te hiciera… a ti, amén…digo… haz caso… y no me digas méndigo         Salud y saludos.

 

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