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LOS MEXICANOS Y LA PALABRA ‘MADRE’

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¡Quiuuuuboleeé!!!  ¿cómo están mis tuerkitas y tornillitos ¿bien?- ¡po’s ojalá que sí!
Como sabemos este fin de semana será el Día de las Madres, así que por esta vez, no diré pelangochadas en honor a Raquelito (mi amá) ni les echaré uno… de los sangrones chistoretes que cuento, sino que mejor les voy platicar algo muy serio y que está k_borón, y pa’que no se confíen en naiden… en naiden.
Fíjensenn que un cuate que trabaja en FedEx-México, me contó que hace dos semanas los empleados de la compañía llevaron un paquete a una dirección en Santa Fé, (pa’ los que no conocen el D.F. -ahora CDMX-, esa es una zona muy popof)
Al querer entregar el paquete, el dueño de la casa les dijo que la persona del nombre en el paquete no vivía ahí… Los empleados insistieron en que esa era la dirección, pero el dueño que insistio que no y les dijo que se llevaran su paquete ya que él tenía más de 25 años viviendo ahí y no conocía a ninguna persona con ese nombre.
Los de FedEx se marcharon y dejaron el paquete en la oficina a ver si alguien lo iba a reclamar.
Al cabo de 2 días, tal vez por los calores, el paquete empezó a despedir un olor extraño, al 4 día el olor ya era insoportable, por lo que los empleados llamaron a la policía para que abrieran el paquete (ellos no podían porque es delito federal).
Llegaron los de la poli a dicha oficina intrigados también por saber cuál era el contenido de aquel paquete y por qué despedía ese horrible olor ya insoportable, y cuán grande fue su sorpresa que al abrir el paquete encontraron…. ¡¡3 cabezas!!!
Siií!…. ahí estaban metidas 3 cabezas totalmente desechas, putrefactas y casi irreconocibles… dos eran de ajos y una de cebolla!!!
                                            jiii, jiii, jiii…… (qué mamucas!)
Pero ya hablando en serio, creo que en todo el mundo la madre es el ser más amado, respetado y a veces hasta venerado que uno tiene sobre la tierra y la queremos mucho, aunque sólo una vez al año le hacemos gran alharaca y se lo demostramos, regalándole cosas, le cantamos, la hacemos sentir bien, aunque sólo ese día. Y así somos todos, de cualquier nacionalidad, pero para los mexicanos aparte de todo lo bonito, bueno y honroso que es una madre, nosotros usamos la palabra madre para indicar muchísimas otras cosas (güeno, de aquí en adelante me voy referir a la gente común y corrientita como yo). Ignoro si en otros países le dan tantos significados a esa palabra, por eso, con todo respeto y no’mas pa’ ilustrar a quienes no lo sepan o recordárselas (las frases, ok?) a quienes ya las olvidaron, aquí les doy sólo algunos ejemplos de cómo los mexicanos metemos a la ‘madre’… la palabra, claro!, en casi todo…
Nosotros la utilizamos….:
Para jurar:                     ¡Por mi madre!
Al festejar:                    ¡Qué a toda madre!
Para quejarnos:             ¡No me dio ni madre!
Al reclamar:                   ¡Qué poca madre!
Para criticar:                      ¡No tiene madre!
Al aprobar algo:                        ¡Está de poca madre!
Si se es intolerante:        ¡Me tienes hasta la madre!
Para desdeñar:              ¡Me vale madre!
Para preguntar:             ¿Qué es esa madre?
Con el sentido del gusto:   ¿A qué sabe esa madre?
Y con el olfato:             ¡Eso huele a madres!
En el sentido de la vista:           ¡No se ve ni madre!
Para ordenar:                ¡Trágate esa madre!
Duda geográfica:              ¿Dónde está esa madre?
Como venganza:        ¡Vamos a darle en la madre!
Por supuesto que la palabra madre, también la conjugamos con varios verbos, por ejemplo:
Del verbo hacer:                     ¡Vamos a hacer esa madre!
Del verbo ir:                  ¡Va hecho la madre!
Del verbo dar:               ¡Se dio en la madre!
Del verbo entender:       ¡No entendí ni madre!
De ir borracho:              ¡Va, hasta la madre!
Y ni qué decir de los adjetivos que usamos:
Superlativo:                  ¡A todisísima madre!
Cantidad:                       ¡Un montón de madres!
Admiración femenina:    ¡Mamazota, mamacita!
Desorden:                     ¡Qué desmadre tienes!
Enojo:                          ¡uta madre!
Asombro:                     ¡Ay!, en la madre!
¡Ah!, y claro, si tiene mucho coraje, entonces viene la inevitable mentada de madre…  uff! y como no quiero que algo así me vaya a pasar, mejor aquí le corto, deseándoles a todas las madrecitas y a las mamacitas también -pa’ que no se sientan, de sentirse, no se sentarse, eh!-, que en este Día de la Madre, se la pasen a Todísisima Madre!

Digo… yO No’mas DigO!

P.D. Saludos, abrazos y besos pa’ ti que eres mi fiel ‘leitora’!!! (claro, con todo cariño y respeto)

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