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Compartiendo Traumas y Temores Sexuales

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En mayor o menor medida, la historia vital de toda persona contiene una serie de incidentes dolorosos conectados con su desarrollo sexual. Inevitablemente una vasta mayoría sufre ciertos miedos…

Dra. Karina Navarro

En mayor o menor medida, la historia vital de toda persona contiene una serie de incidentes dolorosos conectados con su desarrollo sexual. Inevitablemente una vasta mayoría sufre ciertos miedos o preocupaciones con respecto a su sexualidad o a su funcionamiento erótico. 

La exploración de estos temores, hacia el cambio y el crecimiento personal, puede producir significativos sentimientos de goce y satisfacción sexual.  

  Adoptar o no medidas de mejoramiento sexual

Una de las mayores ventajas de evocar y compartir los traumas y temores sexuales radica en que brinda una nueva percepción del influjo que ejercen tales experiencias sobre el funcionamiento sexual presente.  (Tomé conciencia de un montón de acciones mías que habían sido influencias por mi trauma.) Como resultado de este nuevo reconocimiento, surge una nueva opción: “Adoptar o no las medidas que mejorarían y elevaran la experiencia sexual” (Jamás imaginé que aquello que me había sucedido en el gimnasio, hace quince años, hoy todavía me perturbara. Ahora que lo sé, puedo hacer algo para solucionarlo.)   

 Para ejemplificar en forma breve como compartir un trauma sexual, narraremos la historia de una mujer a la que llamaremos Bety y quien en una sesión de terapia narró su trauma: “Estabamos compartiendo nuestros traumas sexuales y yo le contaba a Joaquín sobre las muchas ocasiones que mis padres me sujetaron para ponerme enemas cuando era una niña; y yo me resistía, gritando y llorando y pataleando.  Tiempo después, a los catorce años, mis dos hermanos mayores y mi padre me sujetaron cuando yo estaba en pleno acceso de cólera.  Algo me había irritado mucho” 

 “Cuando le contaba esto a mi esposo, -siguió diciendo Bety-, sentí que algo ocurría, y de pronto comprendí por que no me gustaba que él estuviera encima de mí durante el acto sexual, me fastidiaba demasiado y no entendía el porque. Siempre le digo que se aparte, apenas terminamos, si yo estoy debajo. En ese mismo instante supe que aquello no volvería a molestarme y empecé a reír; estaba muy aliviada.  ¡Era digna de ver la expresión de sorpresa en el rostro de Joaquín! El no podía  imaginar la razón de mis carcajadas”, concluye la señora.

  En muchas ocasiones unos incidentes traumáticos que han sido olvidados pero que siguen afectando al funcionamiento sexual vuelven a la memoria y es cuando se rememora un incidente particularmente doloroso, suele advertirse que una gran masa de sentimientos está unida a el.  En términos generales, cuando el trauma encierra una masa considerable de sentimiento, lo mejor es volver varias veces sobre el incidente. Esto ayuda a descargar sentimientos de culpabilidad y hace que dichos sentimientos y otros aspectos del incidente resulten accesibles, permite recordarlos y revela nuevas perspectivas del trauma.

  Por ejemplo el caso de Enrique, quien narró lo que había conseguido en una terapia de grupo: “Le conté a Lourdes, mi esposa, sobre la vez en que mi madre me “agarró”, cuando tenía seis años, mirando la vagina de mi hermanita. Mamá me quito los pantalones y me dio una zurra tremenda que nunca olvidaré, encerrándome luego en el baño por el resto de la tarde, cosa que no entendía en ese entonces.  Mientras estaba encerrado, yo temía que, al llegar mi padre, volviera a zurrarme, y así fue, me dio un tremenda paliza. Por eso desde que empecé a tener una vida sexual activa, buscaba la penumbra o la media luz y si estaba totalmente oscuro, mejor para mi. Hoy, con la ayuda de ella, no me importa hacer el amor a plena luz del día.” 

 Como resultado de la comunicación de traumas sexuales se resuelven muchos malentendidos, de modo que la pareja descubre nuevas fórmulas de ayuda mutua y una de las ventajas de leer o conver-sar sobre una experiencia sexual perturbadora radica en comprender que todo el mundo ha tenido incidencias traumáticas de algún tipo.  

  Al tomar conciencia de la universalidad del trauma sexual, resulta más fácil recordar los episodios traumáticos.  Usualmente, la comunicación de traumas sexuales producen alivio, libertad, franqueza, comprensión. Incluso, algunas parejas informan que después de compartir “ciertos miedos, fobias o traumas” se sienten mas cerca el uno del otro, y que han creado un nuevo clima de confianza y afecto, lo que les ha venido a redituar en una sexualidad mucho mas satisfactoria.  

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