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Comunicarse con el pequeño… Unica manera de lograr obediencia

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Hablar de la manera como se debe tratar a un niño es lo mismo que hablar de como tratar a un adulto, porque todo cuanto se aplica a los adultos también corresponde a los niños y viceversa. El adulto t

Hablar de la manera como se debe tratar a un niño es lo mismo que hablar de como tratar a un adulto, porque todo cuanto se aplica a los adultos también corresponde a los niños y viceversa. El adulto tiene que trabajar, el niño “debe trabajar” en la casa recogiendo los juguetes que tiró, ayudando en los quehaceres del hogar o haciendo algún mandado. El adulto debe cumplir con sus compromisos sociales, el niño cumple en jugar con el vecino durante el tiempo señalado.

El adulto busca la felicidad, el niño trata de divertirse a pesar de los adultos. El adulto debe cuidar a los hijos, el niño cuida a sus hermanitos. El adulto interrumpe la conversación saltando de un tema a otro en desorden. El niño grita enfrente de los adultos y éstos se molestan diciendo: “¡Juanito, no seas mal educado!” El niño falta a la escuela e inventa que está enfermo, el adulto falta a su trabajo y dice que su hijo se enfermó. El adulto olvida el compromiso (prometió a Luisito llevarlo a ver un partido de fútbol, beisbol, etc), Luisito también “olvida” y a media noche se orina en la cama.

El resentimiento, el deseo de venganza, el miedo, la compasión, el entusiasmo y todas las emociones que el adulto experimenta, también las vive el niño constantemente. No existe diferencia entre un niño y un adulto excepto el tamaño del cuerpo. Cuando el adulto logra que el niño haga alguna cosa en contra de su voluntad, no se debe a la “habilidad de los razonamientos” del humano con experiencia, sino a la impotencia que hay en el niño al enfrentarse a un cuerpo gigante.

La mayoría de los padres que les pegan a sus hijos, es porque no saben controlarlos y piensan que la única manera de obtener “obediencia” es con una buena nalgada o en casos extremos, con el cinturón en la mano. No logran obediencia porque no saben comunicarse con el pequeño. No se comunican con el niño por ignorancia. Y son ignorantes porque piensan que los niños son cosas extrañas y a cualquier edad, siguen siendo muy pequeños para que pueden comprender. Cuando el padre se vea al espejo y comprenda la manera como a él le gusta que lo traten, podrá aplicar eso mismo a los niños y entonces podremos tener una sociedad más cuerda con hombrecitos autodeterminados y probablemente mucho más inteligentes.

Si usted, amigo lector es padre de familia y ha comprendido lo anterior tal vez le gustaría hacer el siguiente pequeño ejercicio:|

1.- Traiga a su mente alguna ocasión cuando era pequeño(a) y su padre, madre o cualquier adulto le prometió algo y no lo cumplió.
2.- Recuerde una vez cuando era pequeño y un adulto le obligó a obedecer contra su voluntad.
3.- Ahora piense en dos o tres cosas que le agradan cuando otras personas le tratan y trata con otras personas. Ejemplo: si le gusta que otros cumplan los acuerdos que hacen con usted; si le gusta que otros lo traten amablemente aún y cuando justificadamente o no, usted no haya cumplido con sus obligaciones o deberes.
4.- Ahora sí; escriba en un papel tres o cuatro cosas que hacen otras personas y que le gustan cuando lo tratan.
5.- A partir de este momento, y con esa lista en mano, propóngase tratar a su hijo o hijos, como a usted le gusta que lo traten y hacerles a ellos, lo que le agrada que a usted le hagan… Llévelo a la práctica y se sorprenderá de los resultados!!.

Pero a nuestros hijos no sólo hay que tratarlos como a nosotros nos gusta que nos traten, sino que también hay que ayudarlos a desarrollar habilidades para que cuando lleguen a la edad adulta, sean autosuficientes y sobre todo no teman tomar decisiones. Y para ello, lo expertos en psicología infantil nos recomiendan tener presente los siguientes puntos

•.- Permita que decidan por sí mismos.
•.- Permita que experimenten. Si su hijo desea ayudar a lavar el carro, deje que lo haga. Su carro no lucirá muy limpio pero su hijo habrá experimentado lo que significa lavar algo.
•.- ¿Su hijo mayor de quince años necesita dinero? Dígale amablemente que consiga un trabajo de medio tiempo. Si es un niño de tres o cinco años, que “trabaje” cuidando a sus muñecos o comiendo o durmiendo suficiente.
•.- Si usted es dueño de una fábrica o negocio, permita que su hijo trabaje de obrero sin dejar la escuela, así conocerá el verdadero ambiente y aprenderá a respetar al pobre.
•.- Si usted no es dueño de ninguna fábrica o negocio y se dedica a vender pepitas o chicles, etc…. No le repita el trillado cuento: “mejor dedícate a estudiar para que no tengas que trabajar tanto como yo”. ¡No hay de qué avergonzarse!.
•.- No le conceda al hijo todas las cosas materiales que le pide, es preferible que le enseñe que los automóviles, la ropa y viajes, son el resultado del trabajo y de la habilidad para ganar dinero.
•.- Recuérdele que una persona dependiente es un esclavo; así que motívelo a que tenga iniciativa y sea autosuficiente… Pero cuide  que todo sea en su justa medida y de acuerdo a su edad.

¿El resultado?… Pruebe unas cuantas semanas y verá la diferencia!!

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