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Desayunar y hacer ejercicio, hábitos que les debe inculcar

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 Los hábitos se crean gracias a las rutinas cotidianas y en el caso de la obesidad infantil y de adolescentes, hay dos que se debe inculcar a los hijos para el correcto desarrollo… desayunar y hacer algo de ejercicio.
 Para muchos padres, el hecho de levantar a sus hijos de la cama por la mañana, es una ardua tarea. Pero, hacer que desayunen algo antes de irse a la escuela, resulta una verdadera batalla; por eso algunos padres prefieren enviarlos sin nada en el estómago, antes que lidiar con ellos. Lo que muchos progenitores desconocen es que, entre menos desayunen sus hijos, hay más probabilidades de que se vuelvan obesos.
  Un reciente estudio confirma que los niños y/o adolescentes que dejan de desayunar están en mayor riesgo de padecer obesidad.
 LA RELACION DESAYUNO /-/ SOBREPESO
   Los científicos a cargo del estudio, examinaron los hábitos alimentarios y de actividad física de 1007 jovencitos y 1215 jovencitas con una edad promedio de 14 años al comienzo del estudio. Encontraron una relación directa entre la costumbre de desayunar y el índice de masa corporal (IMC): cuanto más desayunan, menos masa corporal tienen.
  No está claro por qué no desayunar lleva a tener menos libras de más, la investigación reveló que quienes desayunaban consumían grandes cantidades de carbohidratos y fibra, pero menos calorías en forma de grasa y realizaban más ejercicio.
   El consumo de alimentos ricos en fibra mejora los niveles de insulina y glucosa, haciendo que las personas se sientan más satisfechas y menos proclives a comer más durante el resto del día.
  “El consumo de comida durante el desayuno parece influir en la actividad física -dijo Donna Sprujit-Metz, profesora de medicina preventiva. Quizá los chicos que toman desayuno consumen menos alimentos refinados y más que contienen fibra”.
  “Existe una relación inversa bastante significativa entre la frecuencia con la que los adolescentes informan desayunar y la cantidad de peso que aumentan con el tiempo. Tuvimos, además, en cuenta otros factores de la dieta y de la actividad física”, señaló Mark Pereira, coautor del estudio.
   La falta de estos dos hábitos en los chicos es la razón por la que más de la tercera parte de los adolescentes entre los 12 y los 19 ahora tienen exceso de peso o están en riesgo de tenerlo. Y en el transcurso de las últimas dos décadas, la proporción de niños que tienen exceso de peso se ha duplicado entre niños y los adolescentes.
  Con todo esto, tal vez entienda por qué existe mucha obesidad entre los niños y los adolescentes de Estados Unidos. Así que, si no desea que su hijo pertenezca al  nutrido grupo de los niños con problemas de sobrepeso, comience desde hoy a inculcarle el hábito del desayuno.
QUE HACER PARA QUE DESAYUNEN
  Es frecuente que a primera hora de la mañana no tengan hambre ni ganas de sentarse a la mesa para comenzar a ingerir alimentos. Por eso conviene que se levanten con tiempo y dediquen un rato a asearse, vestirse o preparar la mochila, para así generar sensación de hambre.
  La presentación del desayuno también juega un papel muy importante, por lo que los padres tendrán que poner de su parte y levantarse con tiempo para preparar un desayuno sencillo pero que se vea apetecible. Si además acompañan a sus hijos, será mejor.
Los secretos de un buen desayuno
  Un desayuno completo ha de contener diferentes grupos de alimentos. Por un lado se encuentran los alimentos en el que se incluyen el pan (de barra o tostado), los cereales, las galletas… todos ellos ricos en carbohidratos, que son “la gasolina” que el organismo requiere para ponerse en marcha. Los lácteos también han de estar presentes en la hora del desayuno. Tanto leche como yogures o queso, aportarán buenas cantidades de proteínas, calcio y vitaminas. La fruta es el tercer elemento que ha de contener un buen desayuno. Entera o en pedacitos; la fruta es fuente de vitaminas, minerales, azúcares y fibra.
   Si se desea, y considerando la composición del resto de comidas del día, se puede completar el desayuno con otros alimentos como jamón, pavo, huevos.  No existe una cantidad exacta de comida que debe consumir un niño. Cada niño es un mundo distinto, y sus deseos y necesidades son diferentes… Lo importante no es cuánto coma, sino que coma, sobre todo en la mañana.

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