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El Canto del Ruiseñor

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Las altas montañas y hermosos bosques de aquel lugar, eran lo que inspiraba a don ruiseñor a entonar las mas bellas melodias.

Las altas montañas y hermosos bosques
de aquel lugar, eran lo que inspiraba a don
ruiseñor a entonar las más bellas melodías.

Era tan memorable la forma en que cantaba,
que sólo bastaban unos cuantos gorjeos
para que los habitantes de aquel lugar
se juntaran alrededor suyo. Osos, hienas,
chacales, lobos, águilas, se daban cita para
asistir a sus conciertos musicales. Podían
pasarse horas enteras escuchándolo.

-Soy el ruiseñor de las cumbres. Canto para
los demás, pero también para mí mismo,
porque la vida es música, amor y alegría.

Quien quiera escucharme, es bienvenidosiempre
decía.
Un águila llegó a enamorarse de él, pero
aquello era un romance imposible. La dama
se pasaba los días volando alrededor donde
vivía y cantaba el ruiseñor en un vano
intento de que éste le hiciese caso.
Cuentan que, al verse rechazada, el águila
se retiró a su refugio y allí se dejó morir
de melancolía. La vida había perdido todo
sentido para ella.
-¡Cuánto agradezco el amor que ella me
profesaba! -comentó el ruiseñor, al tener
noticias de su muerte-. Sin embargo, no
estábamos hechos el uno para el otro. Pertenecíamos
especies y a mundos muy a diferentes,
pero ella fue capaz de saltar por
encima de estas barreras tan poderosas.

Por ello, digna es de mi admiración y reconocimiento.
El ruiseñor se puso a cantar, en honor de
aquella dama, durante tres días seguidos.
… Y son muchos los que afirman haberla
visto volar alrededor de aquel árbol musical,
aún después de muerta

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