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EL FIN DEL MUNDO

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Cuándo, cómo y a qué horas

Casi te puedo asegurar que desde que el mundo es mundo han existido profetas y agoreros que se han ocupado de ‘predecir’ como acabará este planeta, sin contar el Apocalipsis de la Biblia que Juan nos describe.

La preocupación con el fin del mundo ha llegado hasta nuestros tiempos, ofreciendo ya no sólo fantasías y visiones pseudo-proféticas, sino escenarios del fin del mundo con bases científicas muy dignas de tenerse en cuenta, aunque no te guste ninguna.

Lord Kelvin, por ejemplo, dijo en el 1905 dentro de trescientos treinta y cuatro años no podría vivir ningún ser humano en la Tierra por falta de oxígeno para la respiración. El gran hombre de ciencia fundaba su teoría en el hecho de que cada tonelada de combustible que se consume gasta tres toneladas de oxígeno, y teniendo presente la cantidad que de dicho gas existe en la atmósfera, saca la conclusión de que sólo nos queda un repuesto del indispensable gas para trescientos treinta y tantos años, o sea que ya nos quedaría aire para respirar unos 200 años y a torcer el pico.

Lord Kelvin se pasó bastantes años estudiando para llegar a la conclusión de que dentro del plazo prefijado estará la atmósfera tan cargada de ácido carbónico a consecuencia del consumo que los hombres habrán hecho de oxígeno, que será materialmente imposible respirar.

Según esta profecía, hay que nos preocupemos de nuestra descendencia, porque cada vez que encendemos una luz contribuimos al agotamiento del precioso gas que contribuye a nuestra vida.

Sin duda que es malo es el fin que nos promete don Kelvin, pero aún es peor el que auguraba Nikola Tesla. Todos sabemos que la Tierra está cercada de corrientes eléctricas potentísimas. Algunos aeronautas que han hecho ascensiones por encima de las nubes, han podido comprobar que dichas corrientes son de una densidad imposible de calcular. De este hecho se desprende, según Mr. Tesla, que en alguna ocasión futura la carga eléctrica acumulada producirá repentinamente un incendio enorme en nuestra envoltura gaseosa, desarrollando un calor tan tremendo que en el espacio de pocos segundos la Tierra y los que en ella habiten, quedarán reducidos a cenizas, cuando bien les vaya.

La profecía de un popular astrónomo francés, Camilo Flammarion (1842-1925), resulta poco tranquilizadora para nuestra descendencia. Según él, el fin del mundo ocurrirá en el siglo XXV. En esta época se encargará de hacer polvo al planeta el cometa Biela, que por entonces «se servirá» venir a chocar con nosotros.

Recuerda el astrónomo que hace algunos años cundió la alarma en el mundo científico por lo mucho que se nos acercó el cometa. Su tamaño es tal, que podría deshacer en una colisión a un mundo muchas veces mayor que el nuestro sin sufrir él apenas daño.

Flammarion decía que el choque de la Tierra con Biela será igual al de dos trenes expresos que corriesen en sentido contrario con una velocidad de 1,700 kilómetros por hora.

Sobra decir que tras de un choque de tales proporciones, no quedará ni rastro de la Tierra ni de sus pobladores.

Sir William Crookes (1832-1919) preveía un fin más próximo de la raza humana. Según sus cálculos la raza humana el mundo ya se habría acabado para 1950, al morir de hambre por aumentar el número y no haber comida para todos.

Los novelistas no han dejado de tocar el asunto en sus obras, y sus vaticinios ponen los pelos de punta tanto como los de los hombres de ciencia.

Mr. Grant Alien, novelista inglés, dijo que dentro de cuatro siglos llegará a ser tan enorme el peso de la costra terrestre, que el núcleo de fuego líquido que en su centro encierra el planeta no podrá soportarlo, y se formarán ingentes volcanes, cuya lava sepultará todo, formando lagos de fuego.

H.G. Wells (1866-1946), otro novelista inglés, nos prometía un fin completamente opuesto al que acabamos de consignar.

En vez de morir abrasados, acabaremos nuestros días yertos de frío, porque no pasarán muchos siglos sin que nuestro mundo esté convertido en un carámbano de hielo. Según él (todavía no se hablaba de calentamiento global) El hielo llegarán a cubrir todo, haciendo imposible la vida.

Aunque algunos augurios están basados en hechos perfectamente científicos, puedes dormir tranquilo hoy, que muchos son a largo plazo… pero todo puede suceder

Yo nomás te lo paso al costo

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