Aunque por el teclado es confundido por algunos, como un piano eléctrico, en realidad el órgano es un instrumento musical diferente al primero.
Aunque por el teclado es confundido por algunos, como un piano eléctrico, en realidad el órgano es un instrumento musical diferente al primero. Los orígenes del órgano se pierden en la antigüedad, se presume que se deriva de la flauta de pan. Sin embargo el primer órgano hidráulico se le atribuye a Ctesibio de Alejandría, que floreció en el siglo II a. C.; pero su empleo no persistido mucho tiempo, y el órgano neumático fue adquiriendo cada vez mayores dimensiones y perfeccionamiento.
El uso de estos órganos se generalizó muy pronto y eran muy estimados en las fiestas cortesanas y en los teatros. Pero con el invento del teclado de pedales y la mayor perfección de los manuales, el
órgano cobró una gran importancia y se introdujo en las iglesias a principios de la Edad Media. Desde entonces comenzó a evolucionar rápidamente y, aprovechando los adelantos mecánicos de la ciencia, ha adquirido tal perfección en su extraordinaria variedad de timbres, con una potencia y grandiosidad de expresión como no se encuentran en ningún otro instrumento.,
El órgano consta de cuatro partes principales; los fuelles, la tubería, el teclado y, los registros. Los fuelles toman del exterior el aire necesario para que funcione el aparato y lo llevan a la cámara del viento, donde se distribuye y pone en vibración a la tubería. Esta se compone de cientos y, a veces, miles de tubos sonoros de diversas formas, tamaños y estructura: cónicos, cilíndricos, con diámetros variables, de pocos centímetros o de varios metros de altura, y de madera o de una aleación de plomo y estaño, que producen distintos timbres. Muchos tubos imitan el sonido de numerosos instrumentos: flautas, oboes, clarinetes, violines, violonchelo
etcétera, e incluso la voz humana.
Con el órgano se relaciona el Armonio cuyos sonidos se producen por la vibración de una serie de lengüetas de diversos tamaños. Al principio los órganos eran de reducido tamaño pero ahora los hay de gran altura, lo que le ha valido, no sin razón, el nombre de rey de los instrumentos musicales.
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