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Ese DESGANO SEXUAL puede ser por: Problemas de comunicación, orgánicos y/o psicológicos.

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Elena lo siente entrar en la habitación y cierra los ojos, para que él crea que duerme. Luis se acuesta a su lado y ella piensa: “Si se acerca a mí, si lo intenta… ¿qué le digo? Se me están acabando

Elena lo siente entrar en la habitación y cierra los ojos, para que él crea que duerme. Luis se acuesta a su lado y ella piensa: “Si se acerca a mí, si lo intenta… ¿qué le digo? Se me están acabando las excusas”. Pero eso no es lo peor: ella intuye que él también ha perdido el interés. A los pocos minutos. Elena escucha su respiración profunda y suspira aliviada. Su esposo duerme. Hace ya cuatro meses que no hacen el amor. ¿Será que todo ha muerto entre ellos? ¿No tendrá remedio este matrimonio? En cierta forma, Elena no puede comprender cómo ha ido desapareciendo la poderosa atracción que en el pasado sentía el uno por el otro. Sin embargo, su caso no es único. Muchas parejas casadas experimentan fluctuaciones en el nivel de interés sexual en su relación.

Pero este tipo de episodio no necesariamente señala el comienzo del fin de un matrimonio -mientras ambos reconozcan la situación, identifiquen su causa y colaboren para resolver el problema. El Dr. Tom Bruce, psicólogo clínico de Miami, afirma que a menudo “un matrimonio pasa por muchas etapas distintas. El deseo sexual no puede mantenerse constante todo el tiempo”, afirma. En otras palabras, la pareja que experimente este tipo de dificultad debe, antes que nada determinar si se trata de una cuestión pasajera o una situación que lleve más de tres o cuatro meses. Si ha durado tanto tiempo, el Dr. Carlos Nazario, afirma que lo primero es investigar el estado de salud de ambos.

Hay que ver si el hombre no padece de alguna enfermedad, por ejemplo, una insuficiencia hormonal. Además, el abuso del alcohol y de otras drogas puede reducir el deseo sexual y causar impotencia, como también pueden originarla ciertos medicamentos. En cuanto a la mujer, el Dr. Nazario recomienda investigar si tiene problemas tales como malestares provocados por el síndrome premenstrual o algún otro problema ginecológico que le haga sentir dolor durante la relación sexual.

CUANDO EL PROBLEMA NO ES FISICO

Pero si el desgano sexual en los matrimonios no tiene raíces orgánicas, puede deberse a problemas emocionales o psicológicos en la pareja. El Dr. Jerome Sherman, de Houston, Texas, dice que a menudo se trata de una falta de entendimiento entre los esposos. Por ejemplo: Luis, el personaje de nuestra anécdota inicial, vive para su trabajo y jamás tiene un gesto halagador con Elena, su mujer, siempre la critica a ella y su forma de criar a los hijos. Desde hace unos meses, Elena pretexta dolor de cabeza, evitando así todo contacto con él. No puede mostrarse amorosa; se siente menospreciada.

Otra causa de enfriamientos es utilizar el sexo como arma en la lucha por la supremacía entre hombre y mujer. El caso típico suele ser de un hombre que se enamora de una mujer dócil y dependiente. Si después se casa, ella va adquiriendo más independencia y seguridad en sí misma, él comienza a sentirse inseguro. Y como no sabe de qué manera lidiar con esta persona, que ya le parece una extraña, evita toda relación sexual con ella.

COMO LOS TRAUMAS DEL PASADO AFECTAN EL PRESENTE 

Según el Dr. Sherman, las experiencias traumáticas del pasado -como la violación, el incesto, o la aversión al sexo inculcada en la niñez- pueden afectar el deseo sexual en el presente. Hay casos como el de Gina, una joven que dice amar a su esposo, aunque cada vez que él se le acerca, ella siente… repulsión. Todo en ella rechaza el contacto físico con su marido. Ella no se atreve a contarle que, de niña, fue víctima de abuso sexual.

En casos como éste, el doctor Sherman recomienda que la pareja visite a un especialista: un psicólogo, siquiatra o terapeuta. Que probablemente pueda tratar el problema siguiendo estos pasos.

1.- Infundir a la mujer confianza en sí misma al hacerle ver que lo que le pasó no la devalúa.
2.- Reexaminar las experiencias pasadas, a fin de liberar tensiones subconscientes y resolver los traumas emocionales del pasado.
3.- Enfatizar los aspectos positivos del sexo, como el placer.

En estos casos extremos, la ayuda de un experto es indispensable. No obstante, en situaciones más comunes, es posible que la pareja  encuentre por sí misma la solución. Una buena medida preventiva es la de cuidar la comunicación en la pareja como si fuera una planta delicada. Hace falta gran comprensión, paciencia, tolerancia y optimismo…, no lo olviden!!!

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