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Hombres y Mujeres

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Son de un mismo planeta, pero de mundos diferentes

 

 

  Hoy en día conocemos las diferencias entre hombres y mujeres y sabemos que son mínimas, a pesar de que los varones dicen no entender del todo a la pareja, pero quisieran poder comprenderla en algún momento y, claro, también ser comprendidos.
 
 Es cierto que las diferencias en cuanto a su desempeño en la sociedad son mínimas, pero es por esta misma razón que el entender las diferencias propias entre los sexos es tan importante. Si pretendemos que nuestra pareja responda a ciertas situaciones de la manera que nosotros responderíamos, esa relación estará caracterizada por la frustración, durante el poco tiempo que dure.
 
  No se necesita ser especialistas para darse cuenta de las diferencias que existen, estas se pueden ver en la manera en que socializamos, cuidamos nuestra apariencia, perseguimos nuestros intereses, y cuidamos de nuestra pareja. 
 
  Lo que más te beneficiaría es conocer un poco sobre cuáles son las diferencias, y cómo afectan tu relación con personas del sexo opuesto. Es que al entender esto, una persona puede aprovecharlas para disfrutar más de las relaciones.
 
  Primeramente, debemos entender que el hombre y la mujer tienen intereses distintos. Esto es, lo que es importante para cada uno como persona tiene una base diferente. El hombre (recuerda, por lo general) está orientado y motivado hacia la consecución de logros, hacia conquistas. La mujer está más interesada en el proceso hacia los logros, y sobre todo en las relaciones personales involucradas en este proceso.
 
  Un especialista compartió un análisis realizado en una zapatería, mostrando el comportamiento diferente que tienen hombres y mujeres al comprar. La experiencia de atender a un hombre que entra a una zapatería es muy diferente que la de atender a una mujer. Por lo general, cuando el hombre entra a un lugar específico como una zapatería, es porque necesita zapatos. Esta necesidad es porque los que usa ya no le sirven más, o porque existe una situación que le requiere adquirir un par diferente a los que ya tiene. No era raro que el cliente se llevara sus zapatos nuevos puestos y dejara los viejos. Así mismo, es raro que el hombre quisiera ver infinidad de modelos (después de todo, ¿qué tanta variedad hay en zapatos de hombre?) o que regateara mucho el precio. La necesidad existía, el camino a resolverla estaba bien delineado, tomaba la acción apropiada, y lograba su objetivo.
 
  Para una mujer, comprar zapatos va más allá del satisfacer una necesidad práctica. Es todo un evento. Primeramente, era raro que una mujer llegara a comprar zapatos sola. Casi siempre iba acompañada de una amiga. La necesidad en este caso es poder compartir con alguien la experiencia. No es una necesidad práctica de zapatos la que lleva a una mujer a la zapatería. La necesidad es relacional, ya sea por la situación inmediata de compartir una experiencia con otra persona, o futura de ser aceptada en el evento social que amerita los zapatos en cuestión. Comprar zapatos le lleva mucho más tiempo a una mujer que a un hombre, y no necesariamente por contar con mayor variedad, sino porque para la mujer el proceso de comprar los zapatos y el compartir el proceso con alguien más es tan, o más importante, como la adquisición misma del producto.
 
  En la relación de pareja, el hombre tiene ciertas metas u objetivos que le motivan a desarrollar la relación. La mujer es motivada por la relación en sí, y aunque también tenga ciertos deseos de hacia dónde quiere que
progrese la relación, el proceso de desarrollo es más significativo para ella.
 
  Para el hombre la comunicación tiene el propósito de dejar en claro, con el mínimo de palabras lo necesario. Para la mujer, la comunicación tiene el fin de permitirle compartir sus sentimientos respecto a la situación presente, situaciones similares en el pasado o posibles en el futuro, y personas involucradas en ellas. Desde tantas perspectivas como sea posible.
 
  Es por esto que el hombre no ve la necesidad de continuamente declarar sus sentimientos hacia su pareja. Si le ha dicho que la quiere, y el sentimiento no ha cambiado, no hay razón de repetir la información. En ocasiones también se da el caso de que el hombre no está consciente, o seguro, de lo que siente. Como no puede establecer definidamente estos sentimientos, prefiere no decir nada al respecto. 
 
  Por su parte, la mujer necesita continuamente escuchar cuál es el estado de la relación, principalmente en cuanto a sentimientos. Aún si el hombre no está seguro de qué es lo que siente, la mujer quiere saberlo. Es válido para el hombre decirle a la mujer que no está seguro de lo que siente, si es sincero y lo comunica apropiadamente.
 
Tal vez por eso, a pesar de que Hombres y Mujeres son tan, pero tan diferentes, no es fácil y de hecho no se puede estar el uno sin el otro.
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