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La Columna del Lic. Vidriera 36-2013

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 Por: Mario Soto Centeno

 Te dije la semana pasada que me salía caro escribir de las plantas, porque me da por comprarlas, pues hoy te hablaré de otra sección que me está gustando escribir: Trozos de historia,  Esta me sale barata, porque hay formas de conseguir libros gratis. ¡Cuántas cosas interesantes se encuentra uno en el pasado!!!  Pero eso sí te digo, antes que se me olvide, si vas al pasado y no traes nada que valga la pena para el presente, mejor ni vayas. No seas como esos turistas que van al otro lado del mundo a visitar ruinas de viejas civilizaciones y todo lo que traen de regreso es la cartera vacía y una camiseta que dice que estuvieron allí… ¿dónde? Lo único que aprenden a veces es el nombre del lugar que visitaron, para presumir… Así que si vas a leer historia, que no sea por pura curiosidad, sino con el verdadero interés de conocer el pasado para entender el presente. Métete a la historia con la intención de ver errores pasados y corregirlos o no repetirlos en el presente; métete a la historia con el propósito de ver los logros y el crecimiento de la humanidad y acrecentarlos. Si un tema de los que aquí encuentras te interesó, no te conformes con lo poco que aquí ponemos en un artículo, investiga más por tu cuenta y sigue la hebra a ver a dónde te lleva.

    ¿Te has fijado que los humanos somos parecidos a los perros? …Usted disculpe, déjeme explicarle por qué digo eso. Los perros entierran huesos y después de un tiempo van y los desentierran y se mueven la cola y retozan contentos de encontrar un hueso… Pues los humanos eso hacemos con nuestra historia, la enterramos en los libros y luego vamos y la descubrimos y celebramos el descubrimiento.  De la misma forma que enterramos, pirámides, tumbas, templos, ciudades completas y luego después de unos cientos o miles de años vamos y las “descubrimos” y celebramos con grandes titulares y aspavientos, como los perros cuando encuentran el hueso que ellos mismo enterraron…

      Algunas veces sucede que cuando caminas por el campo de la historia, se remueven las yerbas y las flores y despiden agradables aromas, pero muchas veces se remueve alguna suciedad y despide pestilencia. No todo en el pasado de la humanidad es agradable, au contraire como dijo el francés, pueque encuentres más cosas desagradables que agradables , pero hay que  tener el estómago para acabar, de una vez por todas, con las pestilentes suciedades y convertirlas en abono de flores olorosas, y eso se logra entendiendo y conociendo a fondo la historia, pero la verdadera. 

   Con frecuencia se dice que el que desconoce la historia corre el peligro de repetirla… lo cual no estaría mal si la historia fue buena, pero la realidad es que el que no conoce la historia está promenso, digo propenso, a creer historias y cuentos…. Se ven pueblos enteros que renegaron de sus historias, a veces bonitas historias, para creer la historia de otro pueblo,a veces desconocido y con una no muy bonita ni edificante historia. Por eso es necesario ir al pasado para entender el presente y cimentar el futuro.

 La semana pasada, se recordó que hace 50 años, el 28 de agosto de 1963, se celebró una gran marcha reclamado los derechos civiles para los “norteamericanos” de raza negra. El famoso discurso de Martin Luther King ese día empezaba así… 

  “Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra. Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa…”.

  Hoy que celebramos aquella marcha y aquel discurso de hace cincuenta años, vemos que faltaría mucho para realizar los sueños que allí nacieron, porque para muchos ciudadanos de este país, no solo afroamericanos, la promesa de una vida de libertad e igualdad de derechos sigue siendo un cheque sin fondo a que hacía alusión el mismo discurso…

   Aquí hablamos de una historia cercana… Tal vez tengamos que ir más lejos en el pasado para revisar y entender por qué nuestro presente no es el que esperábamos, el que queremos,  y a ver si de aquí a otros 50 años…o cien… el discurso hable de logros y satisfacciones y no de esperanzas y reclamos…

  Si ves fotos de aquella ocasión de la marcha “por la libertad y trabajos” te darás cuenta que en estos tiempos podríamos muy bien marchar con esas mismas pancartas…. Lo dicho: si viajas al pasado por lo menos tráete las pancartas, porque la historia no ha cambiado, por más que algunos nos digan lo contrario… Salud y saludos …  licvidriera@outlook.com

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