Gertrude Gustaffson es una mujer sueca, de 54 años de edad que asegura sentirse ultrajada porque al morir su esposo, de un ataque al corazón, le quitaron varios órganos para dárselos, sin su consentim
Gertrude Gustaffson es una mujer sueca, de 54 años de edad que asegura sentirse ultrajada porque al morir su esposo, de un ataque al corazón, le quitaron varios órganos para dárselos, sin su consentimiento a otras personas. La viuda está demandando a la clínica y a dos doctores por haber hecho esos trasplantes.
“¿Cómo pudieron hacerle esto a mi pobre Bjorn?”, Se pregunta Gertrude. “Así no podrá entrar al Cielo, todo destazado. Dios no le permitirá pasar si se presenta en ese estado!”. La viuda dice que por medio de su abogado está demandando por 12 millones de euros por daños y perjuicios a los doctores Sven Johnson y Carl Ryburg. De ganar el juicio, los médicos tendrían que regresar los ojos, los pulmones, el hígado y los riñones de su marido, además de cubrir la indemnización. “Voy a obligar a los médicos a devolverle las partes que le robaron al cadáver, así sea lo último que haga.. ¡Lo juro por Dios que me mira!”, dice la encolerizada mujer.
NO LE IMPORTAN LOS PACIENTES
En la demanda también está asentado el nombre del Centro de Recuperación Healing Hands, un hospital privado y muy exclusivo que sólo acepta pacientes que han sido previamente aprobados por médicos con membresía. “Sé que los órganos fueron trasplantados”, asegura la señora Gustaffson. “Sé también que la gente que los recibió puede ser que muera sin ellos, pero yo no tengo ninguna culpa de ello y mi difunto esposo menos”. Cuando pienso en eso me pregunto qué pecado cometió mi marido para que no se le permita entrar completo al Cielo?
ASUNTO ABSURDO
Por su parte, el Lic. Anders Vogel, abogado de los doctores Johnson y Ryburg, declaró que la demanda le parece completamente absurda. “Generalmente yo nunca califico una demanda hasta que estamos en el estrado”, explica. “Pero esta vez, no existen bases legales para ejecutar una acción penal. Probablemente la Corte rechazará el caso. “Esa extraviada mujer está tratando de que se le quiten los órganos a varias personas vivas, es decir, en otras palabras está proponiendo que las maten sólo por satisfacer una infantil creencia sobre el Más Allá.
Hasta ahora, ninguno de los beneficiados por la donación de órganos ha sido identificado y, por supuesto, a ninguno se la ha notificado sobre la intención de la señora Gustaffson de recuperar los órganos trasplantados. “Siento que no tenemos porqué preocuparlos”, declara Vogel. “Desde mi punto de vista, esos pacientes sólo deben tener una preocupación: recuperarse de la cirugía y seguir viviendo, que para eso se les trasplantaron los órganos.
“¿Se imaginan cómo reaccionaría si se enteraran de que se les deben retirar los órganos que los mantienen vivos? ¡Dios mío! Alguien tiene que convencer a esa mujer de que su marido ya no los necesita. ¡Ya está muerto! Pero mientras tanto ella sigue insistiendo y pregonando a quien la quiera escuchar: “Mi esposo tiene que llegar completo al cielo… y vive Dios que llegará, que de eso me encargó yo!!!”
Y Créalo o No, Así Es… y Así Fue!!!
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