Para muchas personas el firmar un acuerdo o contrato prenupcial es una falta de confianza con la pareja que se escogió para toda la vida. Para otros es todo lo contrario, es sinónimo de mutua confianza. Y también están los que tienen los sentimientos encontrados. Lo que hasta ahora era algo común entre los famosos, hoy está al alcance de todos los niveles sociales. Los acuerdos prenupciales están de moda.
La intención de firmar un acuerdo prenupcial es mantener las finanzas separadas para asegurarse matrimonios sin riesgos económicos. En términos generales, las leyes establecen que cuando uno se casa, todo lo que se adquiere, de forma individual o colectiva, forma parte de la pareja. Y todo quiere decir todas las propiedades, beneficios de cualquier tipo, pensiones de jubilación, seguros de vida y, también, las deudas.
Es por eso que la gente que más tiene, también tiene más miedo de perder sus bienes y la gente más humilde tiene miedo a asumir las deudas del otro. En ambos casos, asesorarse con un abogado es importante antes de firmar cualquier acuerdo.
Aunque lo más común es que los acuerdos prenupciales se hagan cuando una de las partes tiene más dinero que la otra o cuando ambos provienen de familias adineradas y no quieren que se dispersen las fortunas, hoy en día con el incremento de divorcios, estos arreglos prematrimoniales son tan habituales como necesarios y recomendables para proteger el patrimonio de los niños.
En una sociedad como esta donde, según el Centro Nacional de Salud de Estados Unidos, el 43% de los primeros matrimonios termina en divorcio o separación en menos de 15 años, cada día resulta más necesaria la firma de un acuerdo mutuo que permita a todos no perder dinero o propiedades ante un fracaso matrimonial.
Para algunas personas el hecho de separar los bienes antes de casarse es un ejemplo de falta de confianza en una unión que debería ser para toda la vida. Para otros, no sólo inspira confianza sino que además piensan que cuando las cuentas están claras los matrimonios y la familia están más seguros.
“Ante un divorcio, si no hay prenupcial, la ley de algunos estados señala que se repartan en dos partes iguales. Y no sólo se refiere a los bienes, sino también a la manutención. Y si los dos trabajan y uno gana más que el otro, el que menos gana pudiera tener derecho a reclamar una pensión. Con el prenupcial este es otro riesgo que se elimina”.
Qué debe incluir el contrato y cómo prevenir las deudas:
Todo resulta más obvio cuando se contrae matrimonio por segunda o tercera vez. La lógica indica que puede ser que llegue de nuevo el divorcio. Lo recomendable para la estabilidad de la familia y una buena repartición de los bienes escontar con un acuerdo previo o prenupcial. Otra de las ventajas de este acuerdo es que en caso de divorcio la distribución económica no depende de la decisión de un juez, sino que todo está planeado y escrito de antemano, pase lo que pase durante el proceso del divorcio.
Los Abogados aclaran que los acuerdos en cuestión de dinero y posesiones materiales antes del matrimonio han de ser claros. “la forma más sencilla es proteger todo lo acumulado antes y compartir lo del matrimonio. Otra forma es protegerlo todo: lo de antes y lo que se genere durante el matrimonio”.
Otra de las razones por las que están de moda los acuerdos prenupciales son las deudas contraídas durante el matrimonio. “Según la ley – en algunos estados – las deudas matrimoniales se comparten y son las contraídas desde el día que se casan hasta el día que se demanda en la corte la separación o divorcio. El ejemplo más común de deuda es de las tarjetas de crédito. Uno de los dos ha gastado tarjetas y el otro no, pero la deuda se reparte. Con un contrato se puede poner que todas las tarjetas que estén a nombre individual son individuales y el otro miembro de la pareja no va a tener que pagar nada sobre esa deuda”.
Según los especialistas en asuntos de familia, se recomienda un contrato por escrito más que verbal, aunque se tenga testigos, porque la interpretación siempre puede ser muy diferente. Además, insisten que antes de firmar un acuerdo es esencial saber a qué derechos se está renunciando.
Los acuerdos prenupciales son reconocidos en los 50 estados del país. La mayoría de los abogados recomiendan firmar un acuerdo antes de casarse, porque un poco de desconfianza acaba dando estabilidad al matrimonio y a la familia. Sin embargo, los más jóvenes no tienen esa necesitad, a menos que existan posibles herencias de por medio. Lo cierto es que, según la intención de quien lo suscriba, se puede hacer un buen trato o no.
Si estás pensando en realizar un contrato prenupcial la mejor opción es que visites un abogado especialista para que te saque todas las dudas, es muy importante para las personas que se casan por segunda o tercera vez, o tienen hijos de otros matrimonios, y su intención sea proteger el patrimonio de sus hijos.
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