Nueva York, 3 jun (EFEUSA).- Las tiendas de belleza Sephora cerrarán este miércoles en todo el país para acoger sesiones de formación en materia de inclusividad para todos sus empleados, después de que la cantante afroamericana SZA denunciara en las redes sociales haber sido víctima de un incidente racial en una de ellas.
Los medios del país se han hecho eco en las últimas horas de esta medida de Sephora, propiedad del grupo LVMH, que anunció mediante una campaña el pasado 23 de mayo el cierre temporal de “cada tienda Sephora, centro de distribución y oficina corporativa” en EE.UU., aunque no mencionó directamente el incidente.
En abril, SZA, de 28 años, escribió en su cuenta de Twitter que una empleada llamada Sandy había llamado a seguridad en una tienda situada en Calabasas (California) para “asegurarse de que no estaba robando” cosméticos, a lo que la propia firma le contestó, entre cientos de comentarios de indignación de sus seguidores.
“Eres parte de la familia Sephora, y nos comprometemos a asegurarnos de que cada miembro de nuestra comunidad se siente bienvenido e incluido en nuestras tiendas”, indicó también a través de Twitter la compañía poco después, el 1 de mayo.
De acuerdo a la campaña que está llevando a cabo tras este incidente, que en EE.UU. se conoce como “racial profiling” (trato discriminatorio por razones de origen étnico), Sephora dice que “celebra las diferencias” y que construye una comunidad “donde se espera la diversidad”.
Esta iniciativa de cerrar los establecimientos para formar a los empleados en el país recuerda a la que impulsó la firma Starbucks tras un caso similar hace prácticamente un año, cuando dos personas de raza negra fueron detenidas en una de sus cafeterías de la ciudad de Filadelfia (Pensilvania).
El encargado de Starbucks llamó a la Policía al desconfiar de la presencia de los dos jóvenes, que no estaban consumiendo nada, y cuando estos explicaron a los agentes que estaban esperando a un tercer amigo, fueron detenidos igualmente. Tras ese incidente, que provocó protestas e indignación, Starbucks cerró para que los empleados tomaran un curso contra la discriminación racial y el presidente de la firma, Kevin Johnson, se desplazó a Filadelfia para reunirse con los dos afectados y disculparse personalmente con ellos.
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