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Los insultos de su esposo le duelen más que una bofetada

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Por: Sylvia Carlock

 

 Querida Doctora Consejos:
 Tengo 30 años de casada. Mi esposo es un buen padre y quiere mucho a sus hijos.

 Yo no trabajo, a sus ojos no me falta nada porque él me mantiene. Nunca me ha golpeado, pero el problema es que me ofende mucho y eso duele más que una bofetada.
 Nunca me saca a ningún lado ni me da dinero para mis gastos personales, cuando le pido algo, me dice que trabaje.

 Le hago la comida y nada le gusta, dice que mi comida le causa agruras. Al principio todo era tan bonito, era muy detallista conmigo, ahora soy yo la que siempre le ando rogando, él ya no me busca.

 Mis hijos están más del lado de él que del mío, lo quiero porque es mi esposo, pero no me valora como mujer. Ya no soporto esta situación, mi familia me dice que lo deje para ver si cambia, pero yo no quiero dejarlo. ¿Qué me aconseja, Doctora?

Por favor ayúdeme.

— La Triste

Querida Triste:
 Mi consejo es que escuches a tu esposo, hay dos cosas que te está diciendo que deberías hacer.

 Una es conseguirte un trabajo que te dé un ingreso para que puedas tener dinero propio.

 Y la otra es que cambies el estilo de alimentación para que tu comida no le dé agruras.

 Las dos cosas son fáciles de hacer, el trabajo te va a beneficiar porque va a elevar tu autoestima. Te va a dar libertad económica y va a cambiar la dinámica en tu matrimonio, (en lugar de triste y con quejas, vas a ser una persona con vida e intereses propios).

 El cambio de alimentación le va a favorecer a él y puede ser un modo de acercamiento. Habla con tu esposo respecto a las agruras, quizá pueda considerar hacer una visita al médico para que le ayude con ese problema.

 Por tu parte consulta al doctor familiar sobre qué puedes cocinar que no le cause problemas digestivos. Lo más importante de todo lo que me dices es que lo amas, no quieres dejarlo y que al principio él era lindo contigo.

 Respecto a lo de los insultos, vas a tener que aprender a poner límites, no te quejes de ellos, pero tampoco los aceptes.

 En lo personal, siempre me ha funcionado esto: Si alguien trata de ofenderme, con voz respetuosa pero firme, yo le contesto: “Yo te estoy tratando con respecto y pido que tú me trates igual, el día que yo te ofenda, entonces tú tendrás derecho a hacerlo, pero mientras tanto te pido que me trates con respeto”.

 Eso funciona en la mayoría de las ocasiones. Y si alguien persiste en insultarme a pesar de que acabo de pedirle que no lo haga, sin contestar nada simplemente doy la vuelta y me marcho. Porque no hay ninguna ley que diga que tienes que quedarte frente a una persona que te está ofendiendo. Ojalá que este método te funcione también a ti.       

 

Te deseo buena suerte

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