MI HIJO SE HA ALEJADO DE LA FE QUE LE INCULQUÉ… ¿QUÉ PUEDO HACER?

Sin importar el credo religioso que profesen, las familias, si no todas, si la gran mayoría, tienen su religión y sus creencias y es usual que los padres se esmeren en inculcar a sus hijos, desde muy pequeños, esa fe y creencias que ellos tienen. Por eso muchos padres se preocupan al ver que sus hijos adolescentes o jóvenes toman una postura negativa o de abierta confrontación ante estos valores religiosos enseñados.

No olvidemos que en esta etapa de la vida, los seres humanos atraviesan una etapa de inconformismo y un querer cambiar su entorno. Muchas veces, ni siquiera saben contra qué se están rebelando, pero es esa búsqueda de identidad que ronda en sus mentes.

FACTORES DE ESTA PROBLEMATICA

Al presentarse esta situación, algunos padres reaccionan de manera coercitiva obligando al hijo/a a asistir a los cultos religiosos. Otros optan por dejarlo que se aparte y que por sí mismo, con los años vuelva a encontrase con su fe.

Partiendo de la base que no es fácil esta situación, lo importante es obrar de una manera adecuada para impedir que ese alejamiento aumente.

Pero es bueno que analicemos algunos factores determinantes:

LA FE TIENE VARIAS ETAPAS

La fe también tiene un ciclo en la vida del ser humano. Primero, aquella fe de la niñez. Luego una segunda que vivimos durante la adolescencia, llena de incertidumbres y altibajos. Otra más, que se esfuma en nuestra edad joven/adulta. Y quizás una cuarta: La Fe recobrada, cuando nosotros la recobramos y ahora buscamos que los hijos retomen su fe.

MALAS INFLUENCIAS

No nos olvidemos que durante la adolescencia y/o juventud los amigos son las personas más influyentes en nuestros hijos. Y una mala amistad puede hacer mucho daño. Cuando veamos cierto rechazo de nuestro hijo hacia la religión, comencemos a indagar sobre sus amistades.

Si confirma que esto es problema, ni se le ocurra prohibir esta amistad, lo único que logrará será sentar una guerra con su hijo.

EL CONTROL EXTREMO

Ya no son niños y eso debe quedar muy claro. Ellos han crecido y son personas que pueden razonar, elegir y decidir. Por tanto, no es recomendable obligarlos ni imponerles la religión, pues terminarán objetándola.

Cuando los hijos llegan a la adolescencia, la rebeldia se apodera de ellos y muchos se alejan de las creencias religiosas que se le inculcaron de pequeños y enconces los padres se encuentran en la encruizijada de no saber que hacer…

¿QUÉ HACER ENTONCES?

• •- Acompañarlos, nunca dejarlos solos

No nos engañemos, cuando nosotros pasamos por esa etapa de la vida también pudimos haber sentido desasosiego y algo de rebeldía. Así que hagamos un esfuerzo por comprenderlo y acompañarlo en este proceso.

• •- Nada de reproches y regaños

Aunque sabemos que nuestro hijo está equivocado, no es motivo para hacerle reproches o comentarios. Evite convertir este tema en “una cantaleta y regaños”.

• •- Nuestro ejemplo y coherencia

No hay mejor educador que el ejemplo. Debemos hacer que nuestras obras sean acordes a lo que decimos.

• •- Orar o Rezar por nuestros hijos

Por último, lo mejor que podemos hacer, es orar o rezar por nuestros hijos, para que vuelvan y se acerquen de nuevo a su fe!