5 ene (EFE).- Hace justo un año, las Fuerzas Armadas mexicanas detenían en Sinaloa (noroeste del país) a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán. El arresto se llevó a cabo en medio de una auténtica guerra urbana que se saldó con varios policías y narcotraficantes muertos.
Ahora Guzmán, de 33 años, afronta un difícil panorama ante la Justicia de Estados Unidos, que le acusa de ser uno de los principales responsables del tráfico del mortifero fentanilo.
Ya había sido detenido en octubre de 2019, pero la ola de violencia producida en lo que se conoció como el primer ‘culiacanazo’ (en referencia la localidad donde se produjo el arresto, Culiacán) hizo que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ordenara su liberación.
En septiembre pasado Guzmán, conocido como ‘El Ratón’, fue extraditado a Estados Unidos, donde se le acusa de liderar una organización criminal, lavado de dinero y de traficar todo tipo de drogas, incluido el fentanilo, que ha provocado la peor crisis de opioides en el país.
Allí se declaró no culpable de los cinco cargos de los que está acusado en el Tribunal de Distrito de Chicago, y que le podrían acarrear cadena perpetua.
López Obrador afirmó entonces que la extradición del hijo de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán, quien cumple condena en una prisión de máxima seguridad de Estados Unidos, ocurrió para no dar pretextos de “politiquería” de cara al próximo proceso electoral en el vecino del norte.
“Es importante que no se dé motivo a quienes utilizan el tema de narcotráfico con propósitos politiqueros en Estados Unidos. Hay dos temas que se utilizan mucho cuando hay elecciones en Estados Unidos: lo del narcotráfico y la migración”, dijo el mandatario mexicano en su rueda de prensa matutina.
El cartel de Sinaloa, según EE.UU., es la organización narcotraficante “más poderosa del mundo” y responsable en gran parte de la producción y manufactura de fentanilo para su distribución en Estados Unidos, donde esa droga, considerada 50 veces más potente que la heroína, es “la principal“ causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 49 años.
Estados Unidos acusa a México de no hacer lo suficiente para frenar la producción por parte de las organizaciones criminales de fentanilo, cuyos precursores proceden mayormente de China, y cuyo destino final es el mercado estadounidense.
Preguntado sobre el futuro de la organización criminal “más vieja de México”, el consultor en programas de gobierno y también experto en materia de seguridad David Saucedo está convencido de que “hay cártel de Sinaloa para rato”, puesto que “hay otros liderazgos”, como Ismael ‘el Mayo’ Zambada, que podrían tomar el control en caso de que ‘los Chapitos’ sean capturados.
A su juicio, el devenir de los hijos de ‘el Chapo’ dependerá de su adaptación a la “dinámica criminal” y puntualiza que el principal rival de la organización, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), es mucho más “exitoso” a la hora de “expandirse en los mercados globales”, por lo que puede ser su “principal amenaza”.
De hecho, Saucedo apunta que, “si se mantiene esta presión de los norteamericanos en contra del cártel de Sinaloa”, el CJNG puede “intentar apoderarse” de los territorios que controla su rival.
“Indirectamente, esta obsesión de los norteamericanos por ‘el Chapo’ Guzmán y ‘los Chapitos’ puede traer el fortalecimiento del CJNG y generar más violencia en México”, avisa.
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