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Purgatorio de Rubio

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Por: Dr. Humberto Caspa

 Marco Rubio es un tanto demasiado rubio para considerarse Latino.  No es el color de su tez lo que lo deslatiniza, tampoco es su ascendencia ancestral, ni mucho menos su nombre.  Los güeros, los Rubio y personas de ascendencia europea, respectivamente, los hay desde México hasta Tierra del Fuego.

 El problema de Rubio es su falta de sincronía con los ideales e intereses de comunidad latina en Estados Unidos.  Su plan migratorio es una aberración a las pretensiones de miles de estudiantes indocumentados que llegaron a este país cuando no tenían uso de razón y no tuvieron la oportunidad de elegir entre quedarse allí o venir aquí.

 “Ellos [los estudiantes indocumentados] recibirían una visa no inmigrante, renovable, que les permitiría estar legalmente en el país, a través de la cual podrían estudiar y trabajar”, comentó Rubio a una periodista de La Opinión.

 De acuerdo su proyecto migratorio, una parte de la población de indocumentados estarían prácticamente viviendo en un lugar similar al purgatorio de la iglesia católica. Un lugar donde el individuo no sabe si estás o no estás salvado.

 En este sentido, los estudiantes indocumentados serían culpables por pasar la frontera mexicana-norteamericana sin los trámites legales correspondientes, aunque no sufrirían la desagradable experiencia de ser deportados.

 Sin embargo, la posibilidad de salir del estado de limbo del purgatorio sería virtualmente nula, dado que el proyecto migratorio de Rubio no otorgaría residencia legal (green card), ni mucho menos permitiría ciudadanía norteamericana.  El gobierno solo accedería renovar periódicamente la estadía de los solicitantes.  No dice nada sobre los mecanismos por los cuales permitiría abandonar el purgatorio migratorio.

 En consecuencia, el plan del senador conservador de Miami estaría creando una clase social de indeseados dentro de la sociedad norteamericana.  Es decir, una población o persona legales de segunda clase, sin derecho a la máxima fuente del civismo nacional: la ciudadanía.

 Lo anterior es una contradicción palmaria a los ideales de la constitución política norteamericana y unas leyes migratorias que, a pesar de haber tenido históricamente fuertes inclinaciones hacia la intolerancia, ha sido consistente con reconocer los derechos civiles y libertades ciudadanas del individuo.

 Asimismo, el proyecto de Rubio se opone claramente la asimilación cultural.  Desde el inicio de la Republica Norteamericana, los nuevos inmigrantes, particularmente los europeos, encontraron en el Melting Pot (asimilación) como una fuente de integración para encontrar su Sueño Americano.  La creación de una segunda clase, no permitiría la integración total del nuevo inmigrante ese Melting Pot.

 Incluso, de acuerdo a la iniciativa de Rubio, los inmigrantes que se integrarían a las fuerzas armadas norteamericanas y las universidades no llegarían a cambiar su estado migratorio.  La permanencia en el limbo sería de por vida para la mayoría. 

 Por el contrario, su plan tiene como meta alterar la política del país en un proceso electoral singular donde los latinos se han convertido una masa política valiosa para los demócratas y republicanos. De acuerdo a los recientes estudios demográficos del Pew Research Center, los demócratas tienen una ventaja de 67% a 27% sobre los republicanos en los votos de latinos.

  Pareciera más bien que Rubio quiere ampliar su “currículum vitae” en sus pretensiones de ser nombrado vicepresidente de Mitt Romney para las elecciones presidenciales noviembre.

  A pesar que los republicanos necesitan del voto latino, el nombramiento de Rubio sería desastroso.  No simplemente su figura es polarizante, sino que también adolece de experiencia y latinización.

Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Ecomonics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com. 

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