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QUE LA VANIDAD NO SEA MÁS FUERTE QUE LA ¡REALIDAD!

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¡Que pasooó razaaa! ¿cómo sintieron que se les fue este… mes de mayo, de volada verda’?. Esperemos que junio nos deje resollar tantito.
Y qué les parece si de una güena vez les echo uno rapidín,,, Sí, uno de esos chistoretes sangrones. El de hoy se llama ‘La oreja’; ai’ les va….
Resulta que don Jactancio, hombre sesentón, de güena presencia y abultada cartera, llega a la reunión de ganaderos, acompañado de la joven y escultural Facilisia.
Orgulloso y presumiendo a su nueva conquista, le dice a uno de sus amigos:

  • _• ¿Cómo luzco con esta preciosura de mujer?

— Mmm!, pues luces como oreja de toro!

  • _• ah!, chinga’o… ¿y oreja de toro por qué?

— Pues porque te ves muy cerca de los cuernos… y lejos del rabo!!!
no le entendí…. ji!!!, ji!!!, ji!!!…
Fíjensenn que ese sangrón chistorete me hizo pensar en todas las __indejadas que muchos (y muchas) de nosotros solemos hacer para sobresalir, para presumir o simplemente pa’que nos vean, y no nos damos cuenta que hacemos el ridículo o a lo mejor de plano nos vale maaadere.
Y no’más como ejemplo, les cuento que hace unas semanas una chavala del trabajo me dijo: “Señor. No se enoje pero con esos pantalones se ve como viejito”
Ah!, k_borón y yo sin darme cuenta, -pensé- así que en cuanto pude jui a mercarme un pantalón de mezclilla de esos deshilachados y entalladito y una camisa también muy vistosa y juvenil.
El viernes siguiente me puse esa ropa… y como a las dos horas ya no la aguantaba, porque aparte de que me sentía ridículo… ‘uuta, que incómodo es sentir que ‘toodo’, se te apachurra (no entiendo cómo los chavalos se ponen eso).
Y fíjensenn que esto me hizo recordar a aquellos caballeros que teniendo su pelo ‘negro, negro’, se pintan el bigote de blanco… o aquellos otros que pudiendo lucir su cabellera natural, se la tapan con un peluquín… y ni qué decir de los que, como yo, para no verse viejos no solo usan ropa, sino que también hacen cosas y se comportan ‘verdaderamente ridículos’.
Ah!, pero también algunas damitas caen es esto (claro, que tú, mi querida leitora, no eres de esas); porque seguramente han visto  damas que ‘a güevo se meten al vestido’; pue’que hasta mantequilla se unten en el body, pa’que les entre la ropa… Y qué me dicen de aquella flaquilla que dejas de verla un mes y al volverla a ver, casi como por arte de magia, a su cuerpo le llegó ‘la ley de tordo’… (las patas flacas y el culo gordo)… Nooo, y ni qué decir de las damas que traen el pleito cazado con su falda, porque cada ratito están a duro y dale jalándosela pa’abajo (la falda, claro), porque ‘quieren, pero a la vez no quieren’ enseñar la parte superior de su regordete muslo…
En fin, solo quiero decirles que me parece bien que nos preocupemos por nuestra imagen, por no vernos ‘viejos’, por hacer lo necesario para vernos y sentirnos
bien, pero les recomiendo a mis tuerquitas y tornillitos, que la vanidad no supere a su realidad, pa’que no vayan a terminar como yo, haciendo el ridículo a lo __indejo!!
 
P.D. (voy a rifar el pantalón deshilachado y la camisa brillosa, ¿te apuntas?…)

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