Era una calurosa tarde de Agosto de 1995, cuando los transeúntes de una concurrida calle de Chicago, oyeron como una joven embarazada empezó a gritar y retorciéndose de dolor se sentó en la banqueta m
Era una calurosa tarde de Agosto de 1995, cuando los transeúntes de una concurrida calle de Chicago, oyeron como una joven embarazada empezó a gritar y retorciéndose de dolor se sentó en la banqueta mientras la recargaban a la pared, ella gritaba ¡ahí viene!, ¡ahí viene!…. Y mientras unos corrían a llamar a los servicios de emergencia o la policía, otros, azusados por una mujer de edad madura, de inmediato formaron un círculo de protección alrededor de la alarmada chica que tenía dolores de parto.
Afortunadamente, un doctor que también caminaba por ahí ayudó en las labores de parto, justo en aquella tan transitada calle. “Al ver a la multitud, supe de inmediato que algo malo estaba sucediendo”, explicó el doctor Steven Cohen. Kathy Sczreponak, de 26 años de edad, es el nombre de la joven que sólo tenía siete meses de embarazo cuando dio a luz en plena calle y quien fue llevada al hospital inmediatamente después del parto. “El parto ya iba muy avanzado cuando llegué. Lo más importante era que se relajara. Estaba blanca, transparente por el shock y su pulso era demasiado acelerado”. dijo el galeno.
“Se sentía avergonzada por todo el asunto. Estoy seguro de que nunca imaginó que daría a luz en la calle con cientos de testigos viéndola”, comentó.
LE ECHARON PORRAS
Un vecino del lugar llevó una cobija y una almohada, en tanto el doctor Cohen ayudaba a Kathy con el parto. Cuando por fin nació el bebé, la gente empezó a echar porras y alguien gritó: “¡Fue niño!”. Uno de los mirones corrió incluso a una tienda y compró una cajetilla de cigarros, los cuales comenzó a repartir entre los demás testigos del sorprendente nacimiento. “Todo fue muy rápido”, señaló Susan Peck, la buena samaritana que primero ayudó a Kathy y quien se dirigía a su casa después de salir de trabajar.
“Esa pobre chica de pronto cayó de rodillas al suelo y dijo: “Creo que voy a tener a mi bebé”. Poco después vimos que la cabeza del nene ya estaba saliendo, dijo la mujer. “Damos gracias a Dios por haber enviado al doctor. Estábamos muy asustados hasta que llegó”.
AGRADECIDA CON EL MEDICO
Ella cree que le debe todo al doctor Cohen y por eso le quedó muy agradecida para siempre. “El nos salvó a mi bebé y a mí”, dijo en su momento Cathy. “Mi marido y yo decidimos ponerle Steven a nuestro hijito en su honor”… Hoy, es un jovencito inquieto y vivaracho que está por cumplir los doce años. Sin embargo, el doctor siempre ha insistido en que no hizo nada fuera de lo común. “Como lo dije antes, lo digo ahora, -comenta el galeno ya retirado- Yo sólo me encontraba en el lugar correcto en el momento justo”.
“La Madre Naturaleza es maravillosa, así que creo firmemente que Kathy y Steven (el bebé) habrían estado muy bien sin importar dónde fuera el parto. El nació dos meses antes de tiempo, pero era un bebé muy fuerte y saludable; su mamá mostró ser una mujer muy valiente”. Y Créalo o No, Así Fue… como una joven mujer, inesperadamente dio a luz en una concurrida calle de Chicago y prácticamente frente a los que pasaban por allí…
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