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SU HIJO… ¿VÍCTIMA O VICTIMARIO?

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Un estudio realizado en varias escuelas reveló que, cada tres minutos ocurre un acto intimidatorio (bullying); Esto es algo que muchos padres desconocen pues en su mayoría, los hijos no hablan de ésto…

Para cualquier padre de familia, sobre todo hoy en día, resultaría difícil de creer que su hijo/a es víctima de intimidación en su escuela. Sin embargo, cada vez más alumnos no sólo a nivel local, sino nacional, son el blanco de burlas, humillaciones y en casos extremos hasta golpes, por parte de sus compañeros de escuela. Y, según opinan algunos expertos, tal tendencia va cada vez más en aumento.

Es común que los padres, cuando se llegan a enterar de este tipo de situaciones traten de remediar el problema a su manera, como por ejemplo, hablan con los padres de los chicos que intimidan a los suyos; hablan con el director de la escuela o ‘toman al toro por los cuernos’ y confrontan a los mismos abusadores. Pero muchas veces, este tipo de acciones en vez de arreglar la situación, la empeora, y por eso muchos chicos prefieren callar por miedo a una posible represalia o venganza.  

Ahora bien, ¿qué hacer cuando es su hijo/a el abusador?  En estos casos, es recomendable que los padres de ese chico, antes de “hacer algo” entienda las razones por las que un abusador actúa así.

DEFINICIÓN DE UN ABUSADOR

La intimidación se produce cuando una persona se ensaña en molestar a otra, y desde esa definición, el abuso puede ser físico, verbal o psicológico. Los profesionales coinciden en la existencia de varias razones subyacentes en la intimidación:

  • Puede ser una manera de combatir la inseguridad que experimenta el abusador, como la incapacidad de aprender, problemas mentales, etc. La intimidación hace que el abusador se crea poderoso.
  • Es una conducta aprendida. Un abusador puede ser el fruto de una relación abusiva, o se le castiga de esa manera en casa. Él (o ella) transfieren tales agresiones a sus condiscípulos en la escuela.
  • La persona se reúne con malas compañías o no lo supervisan demasiado en casa. La intimidación es una forma de aceptación o iniciación a un club selecto de “amigos”.

COMIENZOS PRECOCES

La intimidación puede conducir a una conducta más destructiva o criminal en la medida que el niño va creciendo.

Y si bien muchos maestros comparan la intimidación con las payasadas en el patio de la escuela, hay una razón para preocuparse de que esa conducta pueda aparecer precozmente en la vida de una persona.

Un estudio realizado en varias escuelas de Washinton reveló que de la frecuencia los actos intimidatorios, los profesores sólo detectan el 4%. Cerca del 40 % de las víctimas afirma que no les revelaron el problema a sus padres.

Algunos maestros afirmaron que en sus respectivos centros, los párvulos utilizaban repetidamente tácticas de ensañamiento contra otros niños para hacer su voluntad. Algunos de ellos golpearon, empujaron, dieron puñetazos, gritaron, vociferaron y experimentaron rabietas, mientras que otros demostraron falta de respeto por otros niños.

Si no se controla, los niños pueden seguir intimidando durante toda su vida como ocurre en muchos casos. Los maestros creen que los padres de esos niños deben trabajar conjuntamente con el personal escolar para detectar cualquier conducta inapropiada y corregirla a tiempo.

TAMBIÉN ELLAS INTIMIDAN

Aunque puede resultar fácil categorizar que los chicos son los principales responsables de la intimidación, las chicas tienen una representación similar. Ellos por lo general practican la intimidación física mientras que ellas son expertas en el abuso emocional y psicológico, utilizando a menudo su relación de amistad como arma para lograr lo que deseen, por ejemplo: “Haz lo que te digo o dejaré de ser tu amiga”.

En otros casos, las chicas hacen uso de rumores e insinuaciones para arruinarles la vida a otras condiscípulas. Algunas chicas que han recibido este tipo de intimidación, afirman que, en ocasiones, es más dañino que el abuso físico.

La intimidación es algo indeseable, pero no es fácil de vencer. Sobre todo, porque muchos estudiantes que son víctimas de abuso no reportan los incidentes por temor a una venganza.

Según Rachel Simmons, autora de dos libros acerca de la intimidación entre las chicas, y que ha estado en los dos extremos, como abusadora y como víctima, “lo más difícil en el mundo es hacer que alguien diga: ‘No, no estoy de acuerdo con esto (la intimidación)’.

Y es lo más difícil porque muchas chicas (y chicos) creen que si se oponen a un abusador van a perder a todos sus amigos. Lamentablemente, algunos chicos no hablarán de esos abusos, a pesar de todos los esfuerzos que hagan sus padres, o de la supervisión de los maestros”.

Para obtener más información acerca de la intimidación, visite los sitios web, www.bullybeware.com, www.bullypolice.org o www.bullybuster.org.

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