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Tratamientos para la disfunción eréctil sin la ‘pastillita azul’

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Por: John Briley / AARP 

 

 

  Al ver la televisión o leer las revistas, fácilmente podría llegar a la conclusión de que los hombres, sobre todo los de la tercera edad que buscan tratarse contra la disfunción eréctil sólo cuentan con una opción: pastillas, en cualquiera de sus presentaciones o marcas.
 
 Pero dejando de lado los atractivos comerciales, si usted es de los hombres que desean o necesitan probar otras terapias contra la disfunción eréctil, he aquí las tres opciones principales, algunas de las cuales son más
económicas y más efectivas que las píldoras. 
 
   Pero antes de embarcarse en tratamientos contra la disfunción eréctil, No olvide que normalmente mejoran la función eréctil y la salud en general cuando se mejora la salud cardiaca mediante la pérdida de peso, una dieta saludable, los ejercicios y el dejar de fumar. Además, por lo general unas sesiones de terapia sexual pueden aliviar o eliminar los síntomas del problema, si la causa subyacente es de carácter psicológico, afirma el Dr. Drogo Montague, director del Centro de Reconstrucción Genitourinaria de la Cleveland Clinic (Clínica Cleveland). 
 
  1. Dispositivo de vacío (bomba peniana): 
 Las bombas “penianas” producen erecciones al atraer la sangre al pene mediante succión de aire. Estos dispositivos consisten de un tubo cilíndrico de 12 a 18 pulgadas de largo que se conecta con una bomba de mano a través de una pequeña manguera de aire (en muchos modelos, se asemeja al mecanismo de apriete de un monitor de presión sanguínea). Los usuarios colocan el tubo sobre el miembro, luego bombean para producir la erección. Después deben colocar una banda elástica alrededor de la base del pene para retener la sangre y mantener la erección.  
 
  Si usted opta por una bomba, los expertos afirman que es importante que lo obtenga con una receta médica. Las bombas que se venden en los “sex shops” suelen ser artículos novedosos, pero que a veces no funcionan o causan lesiones.
 
  2. Inyecciones o supositorios uretrales: 
 Estos producen erecciones al inyectar o insertar un fármaco en el miembro que aumenta el flujo sanguíneo. Los supositorios uretrales, del tamaño de un grano de arroz, se insertan por la cabeza del pene; las inyecciones se aplican cerca de la base del mismo.
 
 La inserción real de ese supositorio no es dolorosa, afirman los expertos. Tampoco lo es la inyección en sí, aplicada mediante una aguja muy pequeña y delgada. 
 
  La queja más frecuente sobre estos tratamientos es una sensación de quemazón en el pene cuando hace efecto el fármaco. La frecuencia, intensidad y duración de ese efecto colateral varía según el método y el usuario, pero en algunos casos, puede ser lo suficientemente malo, dice Montague, como para que “un hombre tenga una erección, pero se sienta demasiado incómodo de tener relaciones”.
 
 3. Prótesis implantadas quirúrgicamente:
  Una prótesis implantada mediante cirugía prácticamente puede garantizar erecciones a pedido. “En general, estas presentan la mayor satisfacción tanto para el paciente como para su pareja”.
 
  El 95 % de las prótesis que se implantaron en hombres, en Estados Unidos, son dispositivos de bomba y cámara que activan los usuarios, mediante un discreto botón subdérmico en el escroto y que llena el pene con solución salina estéril desde un reservorio implantado junto con la bomba.
 
 El 5 % restante de las prótesis son dispositivos de bomba donde permanece la solución salina de manera permanente y no en un reservorio separado, o bien consisten de un par de varillas semirrígidas y maleables que se implantan en el pene y lo mantienen tieso en todo momento. El paciente eleva manualmente el pene hasta una posición erecta cuando ocurre la relación sexual.
 
 Con las bombas, las erecciones duran hasta que el usuario aprieta el botón para desinflarlas, “no sucede” accidentalmente. Las prótesis de bomba “son a prueba de vestuarios: nadie puede ver que uno lleva una prótesis”. 
 
 La desventaja de estas prótesis es el riesgo que conlleva una cirugía, el riesgo muy bajo de infección y una ligera disminución del largo del pene frente a una erección natural u otros tratamientos contra la disfunción eréctil. Además, a diferencia de otros métodos, cualquier esperanza de erección natural queda nula una vez que se implanta una bomba. 
 
 Estos tres tratamientos preservan la sensación en el pene y la capacidad de llegar al orgasmo.
 
 Elegir el mejor tratamiento para usted pasa por una cuestión de preferencia y eficacia. 
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