Phoenix, 15 may (EFEUSA).- Una Universidad de Nuevo México ha probado con éxito que los conocimientos ancestrales de los pueblos americanos que tradicionalmente se transmiten de padres a hijos, como curar un “mal de ojo” o un empacho, realizar limpias o ser “huesero”, también se pueden aprender en un aula.
Este centro universitario público con sede en Albuquerque ofrece desde hace más de veinte años unos cursos de curanderismo que atraen a estudiantes de distintas partes del país y del mundo.
El “alma mater” de la iniciativa es Eliseo “Cheo” Torres, de origen mexicano, que durante años se dedicó a estudiar a fondo la sabiduría de los curanderos y hoy comparte sus conocimientos con quien esté interesado en aprenderlos.
Vicepresidente de Asuntos Estudiantiles de UNM, Torres relató a Efe que se crió en la frontera entre Texas y México entre las creencias y los ritos prehispánicos y aprendió de sus ancestros el arte de las hierbas, así como el poder de las “limpias”.
“En aquellos tiempos no había mucha información sobre esos temas, mi madre sabía usar las hierbas, pero no me explicaba, así que ya grande viajé con un arqueólogo a México al festival de curanderos del Niño Fidencio y me quedé estudiando con el reconocido curandero Chenchito (Crescencio Alvarado)”.
El próximo curso de Torres se llevará a cabo del 8 al 19 de julio en la UNM con un costo de 300 dólares, pero también dicta cursos en línea de forma gratuita que llegan a tener 5.000 alumnos.
Todas los cursos, con títulos como “Curación tradicional con plantas”, “Sanación tradicional del cuerpo”, “Sanación tradicional de la mente, la energía y el espíritu” e “Influencias culturales y globales de la curación tradicional”, son impartidos en inglés.
“Cuando concluyen el curso les damos un certificado, pero no los preparamos para ser curanderos, sino para que tengan información sobre la medicina tradicional, que conozcan las plantas y recuerden las medicinas de sus antepasados”, dijo.
Además de las clases, el también administrador de la UNM dicta conferencias y hace presentaciones sobre la historia y la tradición del curanderismo.
Entre sus alumnos hay desde académicos y estudiantes de la cultura latinoamericana hasta personas que quieren adquirir conocimientos sobre medicina alternativa y tradicional, incluidos profesionales médicos.
“Las escuelas de medicina ya nos respetan, saben que trabajamos en investigaciones escribiendo sobre medicina tradicional y no con brujería, hacemos estudios en México con los más prestigiosos conocedores de esta materia, este curso es muy reconocido ya que tenemos una población muy grande de indígenas y latinos en Nuevo México”, comentó.
España Curiel Zenteno, coordinadora de educación de los módulos de curanderismo, dijo a Efe que Cheo es un “apasionado” de este tema por sus raíces mexicanas y aborda asuntos como “los temazcales (en náhuatl temazcalli, ‘casa donde se suda’) y las hierbas para curar todo tipo de cosas”.
“Tiene una clase de jugo terapia donde habla el poder de curación con frutas y verduras, aborda el tema de la acupuntura maya, los conocidos masajistas conocidos como ‘hueseros’, enseña a curar con hidroterapia, usar la salvia y el copal como sanadores, no pueden faltar las limpias, curar el mal de ojo y el empacho, hasta los altares de muertos”, explicó.
Según Curiel Zenteno, los cursos de Cheo, que suele traer curanderos de distintas partes del mundo, son muy solicitados por los estudiantes de enfermería y medicina.
“Tenemos muchos estudiantes de medicina que toman créditos en las clases de verano, este curso parece ser el único en Estados Unidos, porque nos hablan de todas parte del país y del mundo”, comentó.
Cheo es autor de cuatro libros sobre su vida y sus investigaciones sobre medicina tradicional que han sido publicados por la editorial de la UNM y Kendall Hunt Publishing.
“A los módulos vienen curanderos de Cuba, Perú, Puerto Rico, Guatemala, Ecuador, México y aunque son de diferentes países trabajamos con un concepto muy semejante y ritos similares”, resaltó.
El académico, que también dijo haber estudiado con curanderos africanos, busca por medio de los módulos “crear sanadores”, para que la gente pueda trabajar en su propia medicina y solo cuando estén muy enfermos acudir a un hospital.
“Lo enseñamos a comer lo indicado y a saber combinar las plantas medicinales, para que sepan cuidar de ellos mismos”, aclaró.
“Cheo” Torres se mostró orgulloso de haber sido durante treinta años discípulo del “curandero de curanderos”, el desaparecido Chenchito, quien vivió en la localidad de Espinazo, en el estado de Nuevo León (México).
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