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Victoria y David Beckham

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Pocas veces se había visto una recepción tan fastuosa, tumultuosa y publicitada como la que recibieron David Beckham y su esposa Victoria. Ambos precedidos de una fama lograda en Europa, arribaron a

Pocas veces se había visto una recepción tan fastuosa, tumultuosa y publicitada como la que recibieron David Beckham y su esposa Victoria. Ambos precedidos de una fama lograda en Europa, arribaron a Norteamérica realizando su propia conquista. Muchos piensan que la llegada de los Beckham sienta un precedente desigual y marcado de emigración, lo que provoca una pregunta espontánea: ¿Los ingleses conquistan norteamérica otra vez?

Lo que vimos recientemente en Los Ángeles, las muestras dadas por la gente del pueblo, los amantes del deporte y el periodismo, en conjunto, afirman que así es. Tal vez es la magia de los Beckham, de ser quienes son por esfuerzo propio y por haber sabido escoger un grupo promocional y de mercadotecnia tan compacto e inteligente que les ha abierto las puertas de la nación más poderosa del mundo. Aunque esto los compromete a ser vistos como salvadores del mismo. Un compromiso muy fuerte que ambos tendrán que afrontar.

Pero no todo es miel sobre hojuelas para la pareja; no todo será vender camisetas, perfumes y aparecer en revistas juntos. Tendrán que luchar para mantener ese éxito de mercadotecnia, imagen y dentro del mundo hollywoodense que también los ha recibido con los brazos abiertos haciéndolos parte de su glamour. Las palabras de David parecieron sinceras cuando a su llegada dijo: “Mi sueño se ha hecho realidad, porque estar en Los Ángeles era algo que siempre quise conseguir junto con mi familia”. Sin importar la abismal diferencia económica del fenómeno de la emigración entre la familia Beckham y el común de la gente que ha venido a esta nación, David dejó en claro que éste es un pensamiento universal: la unidad familiar.

Para David Beckham su compromiso se basa en lo que haga en el campo de juego, de ello dependerá en definitiva que los millonarios contratos promocionales de diferentes artículos se incrementen o disminuyan. Sin embargo, es un hombre joven de 32 años con la esencia del triunfador, que a eso vino, a demostrar con hechos lo que dijo en su presentación oficial: “He jugado en dos grandes equipos como profesional, el Manchester United y el Real Madrid, lo mismo que en la selección de mi país. Ahora llego a un gran equipo con el que espero que el fútbol soccer en Estados Unidos pueda alcanzar grandes metas como el resto del mundo”. Declaración que lo compromete asimismo al reto de elevar el nivel de competencia de la MLS.

Por su parte, Victoria también viene dispuesta a conquistar Estados Unidos a través de Hollywood y lo que ello significa en el mundo, ya ha podido comprobar que en éste, el mundo de las estrellas del espectáculo, las críticas son severas. El programa “Victoria Beckham: Coming to America” (Victoria Beckham: llegando a Estados Unidos) pretendía originalmente ser una miniserie, pero fue reducido a un especial de una hora por la cadena NBC.

The New York Post le puso cero estrella al programa, calificando a la ex Spice Girl de “autopromoverse sin tregua” con un “comportamiento insulso y condescendiente”, y que además describió el programa como “una orgía de autocomplacencia”. The New York Times tampoco fue amable, considerando a Victoria Beckham alguien que “es famosa por ser una especie de famosa, y muy fotografiada en Gran Bretaña”.  En el campo artístico, la belleza, la fama y el glamour son importantes pero no lo es todo, ahora que si se cuenta con dones naturales  de expresión ya hay medio camino andado, pero si no los hay, forzosamente habrá de prepararse y tocar puertas como lo han hecho figuras que emigraron a esta nación y que ahora triunfan.

Sin embargo y porque somos parte de esa migración, deseamos que los Beckham -también como emigrantes que son, aunque provengan de Inglaterra- encuentren en Estados Unidos la realización de sus sueños.

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