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VIVIR CON MIGRAÑA

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Dificultad para concentrarse y náuseas son algunos de los síntomas de la migraña

“La migraña no es como una lesión de rodilla, no se puede ver físicamente. No puedes decir: ‘Papá, tengo migraña, voy a dejar de jugar’. La gente dice: ‘No veo hinchazón, ni moratones, aguántate’. Me acostumbré a competir con el dolor”, confesó la tenista Serena Williams a la revista “People”. Thalía y Ben Affleck también padecen esta patología y, como ellos, millones de personas en todo el mundo.

La migraña es un tipo de dolor de cabeza con unas características concretas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la migraña suele aparecer en la pubertad y afecta principalmente al grupo de entre 35 y 45 años. En este sentido, los especialistas de la Fundación del Cerebro apuntan que esta patología “tiene una amplia repercusión social y laboral porque afecta a un porcentaje alto de la población (12%-13%) y en los años medios de la vida, que son los más productivos en todos los sentidos”.

La OMS indica que la migraña puede durar toda la vida y cursa con episodios recurrentes. Dichos episodios se caracterizan por dolor de cabeza de intensidad moderada a severa, dolor en un solo lado de la cabeza que puede ser pulsátil, puede durar desde algunas horas hasta 2 o 3 días y que empeora con la actividad física ordinaria. Según explica la OMS, estos episodios se presentan con una frecuencia que varía entre uno al año y uno a la semana. Además, el dolor de cabeza puede venir acompañado de otros síntomas, el más frecuente son las náuseas.

TIPOS DE MIGRAÑAS.

“Cuando hablamos de migraña, solemos diferenciar entre varios tipos dependiendo de la frecuencia en la que aparecen las crisis de dolor de cabeza y de la presencia o no de aura. Así pues, cuando una persona con migraña sufre crisis de dolor de cabeza más de 15 días al mes, estamos ante una migraña crónica, frente a la denominada migraña episódica. Por otro lado, si el dolor de cabeza va acompañado de la presencia de síntomas neurológicos que habitualmente lo preceden, siendo los más prevalentes las alteraciones en la visión y los hormigueos en distintas partes del cuerpo, se denomina migraña con aura”, explica Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

La Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), que representa a los pacientes con estas patologías, manifiesta que existen tres tipos fundamentales de aura: visual, sensitiva y del lenguaje. Según indica, el aura visual es la más frecuente.

“Aparecen destellos luminosos en el centro del campo de visión, que se desplazan a un lado en zigzag”, detalla esta entidad. El aura sensitiva es la segunda más frecuente. “Suele iniciarse con hormigueos en la punta de los dedos de una mano, ascender hasta el hombro y finalmente manifestarse en la comisura de la boca y en la lengua”, describe. El aura del lenguaje, por su parte, es poco frecuente. “La migraña crónica produce entre cuatro a seis veces más discapacidad que la migraña episódica y las personas con migraña con aura tienen un riesgo mayor de sufrir otro tipo de complicaciones, como por ejemplo ictus, que las personas que padecen migraña sin aura”, expone el doctor Irimia.

Las causas de la migraña no están claras, aunque todo parece apuntar a la existencia de una alteración neurológica en el procesamiento de los estímulos dolorosos, con un claro componente hereditario. Junto a esto, hay diversos factores que precipitan o desencadenan las crisis de migraña.

El doctor Irimia explica que se han descrito numerosas circunstancias o situaciones que pueden actuar como precipitantes de crisis de migraña y aclara que éstas no afectan por igual a todos los pacientes. No obstante, los precipitantes más habituales son “los hormonales (75%), el estrés (71%) y los relacionados con las alteraciones en el patrón del sueño (68%). Pero también hay otros como el consumo de alcohol, de tabaco, el ayuno, los cambios atmosféricos, el ruido, etc.”, manifiesta el neurólogo.

El especialista recuerda que el tratamiento de la migraña se debe basar “en tres pilares fundamentales: la identificación y manejo de los factores desencadenantes; el tratamiento sintomático, para controlar el dolor de cabeza y los síntomas acompañantes; y el tratamiento preventivo, para reducir el número y frecuencia de los episodios de dolor de cabeza”.

“Para reducir el impacto de la migraña, desde la SEN consideramos prioritario, no solo promover el diagnóstico precoz y aumentar la concienciación sobre esta enfermedad y su impacto, sino también fomentar el tratamiento temprano y adecuado y promover la prescripción de tratamientos preventivos. Purificación León.

EFE-REPORTAJES

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