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ARTICULACIONES EN BUENA FORMA:

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Sus cuidados son fundamentales para preservar la agilidad y la fluidez corporal

Rotan, ruedan, se deslizan, se extienden, flexionan o doblan para que podamos escribir, correr, saltar, bailar, caminar, hacer deporte o efectuar cualquiera de nuestras actividades cotidianas.

Son las articulaciones o puntos de unión entre los huesos, presentes en hombros, codos, caderas, rodillas, nudillos, columna vertebral, y en muchos otros lugares del cuerpo humano.

Estas “bisagras o goznes” orgánicos, no solo se componen de  huesos, sino que además incluyen los tejidos blandos que los rodean, como cartílagos, tendones y ligamentos, que cubren los extremos óseos, los conectan con los músculos y con otros huesos, garantizando la estabilidad o la movilidad articular, en aquellos puntos donde sea necesaria una u otra función. 

Las articulaciones trabajan en equipo junto con los huesos y músculos en el complejo entramado del aparato locomotor, que permite que nuestro cuerpo se mueva y trabaje.

DESGASTE DEL APARATO LOCOMOTOR

Con el paso de los años, se va reduciendo la capacidad de regeneración de los tejidos articulares, produciendo desordenes cuyo primer síntoma es el dolor, y que, a largo plazo, provocan la rigidez progresiva y falta de funcionalidad de la articulación, según los especialistas.

Existen medidas prácticas y cambios de estilo de vida que contribuyen a ralentizar o retrasar este proceso de deterioro de las articulaciones y a reducir el riesgo de sufrir trastornos articulares con el aumento de la edad, añaden.

“Las articulaciones del cuerpo humano más expuestas son las de las rodillas y las manos.  También sufren mucho las articulaciones de las vértebras lumbares”, explica por su parte, Javier Zaragoza, farmacéutico y director ejecutivo (CEO) de la farmacia en línea FarmaZara (https://farmazara.es).

“Las articulaciones de las rodillas, así como las lumbares, pueden producir más dolores o sufrir enfermedades, debido a que son articulaciones de carga (sometidas a una elevada compresión) y tienden a desarrollar más problemas de desgaste y otras dolencias” explica.

Añade que “las articulaciones de las manos y muñecas también suelen sufrir problemas ya que, aunque no tienen la carga de las rodillas, tienen mucho uso y movilidad”. 

CUIDANDO LA SALUD ARTICULAR

Desde el ámbito de la prevención, Zaragoza enumera una serie de hábitos saludables.

  • Ejercicio. Practicar tres días a la semana dedicándole una hora cada día, una actividad física que no produzca mucho impacto en las articulaciones, como la natación, caminar, bicicleta o gimnasia sin cargar peso, evitando además exponerse a golpes y traumatismos
  • Sobrepeso. Mantener un peso corporal adecuado y evitar un sobrepeso que cargue en exceso las articulaciones, efectuando actividad física regular y siguiendo una dieta saludable, que excluya alimentos que tienen gran cantidad de calorías y son menos saludables, entre los cuales —según los nutricionistas— se encuentran los productos ultraprocesados.
  • Higiene postural. Evitar las posturas corporales que a la larga pueden dañar las articulaciones, por ejemplo doblando las rodillas en vez de arquear la espalda hacia adelante y concentrar el esfuerzos solo en la zona lumbar, a la hora de levantar y cargar un peso, para hacerlo con todo el cuerpo.
  • Alimentación. Es importante llevar una dieta equilibrada, y evitar la ingesta de alcohol y de alimentos que tengan un alto contenido en grasas o generen ácido úrico, los cuales pueden afectar negativamente a nuestras articulaciones, según Zaragoza.

La dieta mediterránea, los alimentos con ácidos grasos omega 3 (pescado azul, frutos secos, cereales integrales, verduras de hoja verde, aceites vegetales), la vitamina E y las frutas ricas en antioxidantes, pueden ayudar.

  • Hidratación. Se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día, según Zaragoza. Si no estamos bien hidratados, el organismo extraerá el agua de distintas partes del cuerpo, incluido el cartílago, que en su mayor parte está compuesto por este líquido.
  • Descanso. Además de evitar ejercitarse en exceso, lo cual puede inflamar las articulaciones, es recomendable descansar después de hacer ejercicio.
  • Complementos. La ingesta, bajo supervisión médica, de algunos complementos alimenticios con colágeno, magnesio, vitamina C u otros antioxidantes, así como de antiinflamatorios de origen natural como cúrcuma, condroitina o glucosamina, también puede contribuir a la salud articular, según Zaragoza.

Pablo Gutman// EFE Reportajes

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