Quíuuuuboleeee!!!, cómo la han sentido últimamente, bonito y suave?… la vida, claro! la vida.
Hoy vengo filoso, pos de una güena vez ahí les va…. el chistorete.
Se llama “Primero es lo primero”. Ojalá les guste… Ahí les va:
Resulta que a bordo de un avión grandote, van como con unos 300 pasajeros, y cuando está a punto de despegar, el Capitán del vuelo comienza a hablar por el altavoz su acostumbrada rutina:
Estimados pasajeros bienvenidos a bordo, les habla el Capitán del vuelo 888 con destino a la ciudad de Zacatecas, el tiempo estimado de vuelo será de 4 horas con 10 minutos, les recordamos que este es un vuelo de no fumar. Les suplicamos también abrocharse sus cinturones, y bla, bla, bla…
Terminado todo el rollo de bienvenida y las instrucciones, el piloto olvida desconectar el altavoz y el muy bruto, con el micrófono abierto, dirigiéndose a su copiloto le dice:
–‘ora sí k_borón!!!!, no’más pongo el _inche piloto automático, me hecho una k_adita que ya me anda! y en cuanto pueda me voy aaa enchipoclar a la azafata que está rebuena y le traigo un _iingo de ganas!!!
Al escuchar todos el comentario del capitán, la azafata se lanza hecha madre rumbo a la cabina para avisarle que desconecte el altavoz, cuando de pronto e intempestivamente, una viejecita que se encontraba en un asiento delantero del pasillo, zaass!, le surte ‘tremendo bastonazo’ tumbándola al suelo!.
Desconcertada la sobrecargo voltea hacia la viejita con cara de signo de interrogación, a lo que la venerable anciana le dice:
Quietaaaaaaaaa!!……..k_borona!!!, primero déjalo que k_gue!!!!!
ja!, ja!, ja!…. les alvertí que estaba groserón, pero güeno, y lo está, ¿a poco no??? y es que la vijecita tenía razón, primero es lo primero, digo yo, je!, je!
Pero bueno, po’s no están ustedes pa saberlo, les digo que nos fuimos a Las Vegas. Y es que desde que el jefe me dijo que teníamos que ir a la convención, pos hice mi plan y pensé:
“¿Las Vegas!…, una convención?… aaaah!, perfecto, porque yo de que la convenzo la convenzo!!!!”…
Pero la méndiga realidad es que ni convencí a naiden, ni hice nada de nada, y lo único de lo que no me escapé fue ir a charlas, conferencias y seminarios bien aburridos, pero ni modos, como dijo la viejita, primero es lo primero.
Pero al menos algo bueno pude aprender, y no’más pa’ justificar los gastos que ocasioné, pos les voy a contar tantito de lo que pude oiserbar en la mentada convención.
Desde el primer día, aquello se me afiguró algo parecido a una fiesta en mi pueblo. Pa’empezar, todos (o casi todos) con sus mejores garritas; los señores de traje y las damas, muy elegantes, pintadas y peinadas aah!, y pa’mí que algunas también andaban bien fajadas.
Luego vinieron las presentaciones, con los halagos y los alabos típicos. Los presentes, éramos lo máximo. Tú eres el mejor, tu periódico igual, eres bien _ingón, felicidades!… Siguieron las conferencias, los seminarios, la exposición, y la entrega de premios, que a propósito, nos trajimos algunos (pero no robados eh?, sino porque los ganamos), entre ellos está el Premio por ser ¡¡La Mejor Revista GRATIS, de Estados Unidos!!… no’más!!!
Cuando por fin llegó el último día y el último evento, hubo una mesa redonda, que los pocos que fuimos, lo hicimos casi a güevo.
Pero créanme que esa mesa redonda, en mi opinión, fue la que más valió la pena, porque los invitados, algunos de ellos no hispanos, hablaron claro y directo. Uno de ellos, de raza negra, nos barrió y trapeó sin tapujos.
El hombre, de alguna manera nos echó en cara cómo queremos avanzar en este país, si no nos integramos a él, si no nos educamos, si no votamos, quienes pueden. En su exposición él dijo: “Yo no veo un Martin Luther King hispano. Yo no veo un líder que los guíe y al que ustedes sigan; tampoco veo que luchen con idea clara de lo que quieren. Lo que nosotros vemos (se refería a gente de otras etnias no hispanas), son muchas marchas, de mucha gente con muchas banderas y muchas pancartas y letreros, que no entendemos, ni sé de qué países son esas banderas, pero de éste no son. Si ustedes quieren tener derechos aquí, en este país, tienen que integrarse a él. Conocerlo, amarlo, participar. Estudiar, aprender el idioma, .. y siguió diciéndonos cosas duras, pero ciertas.
Y así siguió la mesa redonda por casi 3 horas, cada exponente dando sus puntos de vista, sus datos, sus estadísticas, y algunos asistentes del público preguntando algo. Y cuando al fin acabó aquello, créanme que aplaudimos, todos los que estábamos ahí, como nunca antes a lo largo de la convención lo habíamos hecho…. Y es que en mi opinión, a veces vale la pena oír los puntos de vista de otra gente, que no es de la nuestra, aunque con lo que nos digan, si es verdad, nos duela o nos arda… hasta el cicirisco!!!
NOTA: Atención a nuestros amables lectores, estamos volviendo a publicar algunos de los mejores artículos, del “Yo No’mas Digo”, como un homenaje para que sus tornilletes y güerqui’as lo sigan teniendo siempre presente. Este artículo es original del año 2011
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