El coronavirus que afecta ya a más de 170 países de todo el mundo, podría ser aminorado. No es una vacuna, ni la solución para la pandemia de, pero el cobre, como quiere demostrar este equipo chileno de investigadores, puede atacar a la parte más peligrosa del Covid-19 que es su enorme capacidad de contagio.
“El cobre ataca a bacterias, hongos y virus. Cualquier microbio se ve afectado por este metal porque lo que hace es romper la cápsula exterior que tienen todas las partículas virales y eso hace que se inactive el virus y que impida su reproducción”, explica Aarón Cortés, coordinador del equipo formado por investigadores de la Universidad de Chile y la Universidad de los Andes con el apoyo del Instituto de Salud Pública.
Las propiedades antimicrobianas del cobre son muy potentes, comparables sólo con las del oro y la plata, pero estas son mucho más caras para trabajar a gran escala. Se ha demostrado su eficacia contra otros virus como Influenza o el VIH, entre otros.
Con la llegada de la nanotecnología y la tecnología 3D se puede hacer todavía mucho más. “Una cosa que hemos aprendido en el estudio sobre el efecto del cobre en términos antivirales es que cuánto más pequeñas sean las partículas, mayor es el efecto. Por lo tanto, poner una lámina de cobre es útil y una buena estrategia para instrumentos y accesorios en hospitales, pasamanos, transporte público, etc. Pero si se logra poner nanopartículas de cobre en otros materiales, por ejemplo, mascarillas, el efecto es mucho más potente y mucho más rápido a la hora de inactivar el virus”, añade.
Por eso es tan prometedor el proyecto de la empresa chilena Cooper 3D, referente mundial en la creación de material antimicrobiano para la impresión 3D: unas mascarillas reutilizables, lavables y de bajo coste impresas con material que lleva nanopartículas de cobre, y cuyo código se ha abierto para que quien quiera se lo pueda descargar. Desde entonces han tenido más de 7 millones de descargas (80% son de EE.UU. y Europa). La gran ventaja que podrían tener estas mascarillas con aleaciones de cobre es que irían desactivando el virus según éste se va depositando a la mascarilla o pasando por sus filtros, como se ha demostrado que hace con la cepa anterior al Covid-19, que efectivamente quedaba destruida al contacto con la mascarilla.
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