La vitamina B12 es un nutriente que ayuda a mantener sanas las neuronas y los glóbulos sanguíneos. Además, contribuye a la elaboración del ADN, el material genético presente en todas las células.
Combate el cansancio y la fatiga. Previene un tipo de anemia que provoca cansancio y debilidad en las personas.
Mejora la digestión. Juega un papel vital en la asimilación del hierro y de los hidratos de carbono y la metabolización correcta de las grasas.
Protege el corazón. Contribuye a combatir las enfermedades cardiovasculares.
Ayuda a descansar. Desempeña un papel crucial en la producción de melatonina, conocida como la “hormona del sueño”.
Efecto antiestrés y buen humor. Mejora la concentración, la memoria y disminuye la irritabilidad.
Mejora la memoria. Ayuda a mantener sanas las neuronas y es esencial para su funcionamiento.
Fortalece los músculos. Favorece el desarrollo de los tejidos, en especial del muscular. Y actúa como factor de crecimiento en los niños.
Imprescindible para embarazadas. Favorece la reproducción femenina y un embarazo saludable.
El marisco. Todo los moluscos en general y, sobre todo, las almejas que, con 98 microgramos de vitamina B12 por 100 g, están a la cabeza de los alimentos con esta vitamina.
Las vísceras. El hígado de ternera, con 80 microgramos de vitamina B12 por 100 g ocupa el segundo lugar del ranking.
El pescado azul. La caballa, aunque se sitúa un poco más lejos que los anteriores. Detrás suyo están las sardinas, los arenques y el salmón.
La carne. La de vacuno, con 13 microgramos de vitamina B12 por cada 100 g, se cuela después de la caballa y antes de los otros pescados azules. La de cordero (2,6), en cambio, queda por detrás.
Los lácteos. Esta vitamina también está presente en los lácteos, pero en cantidades discretas. El queso suizo, con 3,3 microgramos de vitamina B12 por 100 g, y el parmesano (2,3) son los que tienen más.
Los huevos. La yema de huevo contiene 2 microgramos de vitamina B12 por cada 100 g.
Para saber si tienes la suficiente, es necesario hacer una analítica. Pero hay algunos síntomas que pueden delatar la falta de vitamina B12.
Sensación de fatiga- Falta de energía
Debilidad muscular – Palidez o color amarillento de la piel – Hormigueo en brazos o piernas – Dolor de cabeza – Palpitaciones – Mareos y dificultades para respirar – Falta de apetito – Menor sensibilidad al dolor – Mayor sensación de frío
Entumecimiento corporal – Apatía – Pérdida de memoria – Problemas de concentración – Ansiedad – falta vitamina B12
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