Este 2020 han abundado las palabras escritas, dichas, trasmitidas, televisadas y, muy a menudo, alarmistas o apresuradas, para explicar, describir y predecir la triple crisis sanitaria, económica y social, pero han escaseado aquellas que ahora esperamos y necesitamos más que nunca: palabras de esperanza, confianza o felicidad.
La Navidad es una buena ocasión para sembrar nuestras vidas y las de quienes nos rodean con palabras felices y positivas, mediante los brindis que compartimos con familiares, amigos y compañeros de trabajo en Nochebuena y Nochevieja, aunque sean más restringidos que otras veces, y a través de los buenos propósitos para el nuevo año que escribimos en la intimidad.
El filósofo, escritor y conferenciante Luis Castellanos (www.eljardindejunio.com) explica a Efe cómo formular estos buenos deseos e intenciones navideños con el “lenguaje de la felicidad”, y describe algunas propuestas verbales y escritas para la salud y prosperidad propias y compartidas, tan necesarias en tiempos de pandemia.
“Los deseos son fascinantes, contienen el prodigio de mirar al futuro con una esperanza imparable. Son delicados, frágiles, vulnerables y, por ello, hemos de cuidarlos y saber elegirlos con esmero”, señala Castellanos, en una reflexión que se aplica a los brindis y propósitos de Año Nuevo.
Los deseos inspiran a tener una vida con sentido, un propósito”, prosigue.
“El lenguaje positivo regala tiempo de vida, mientras que el lenguaje negativo te hace rumiar, resta tiempo vital. Los deseos regalan vida, regalan tiempo, regalan nuevos espacios vitales dignos de ser soñados y deseados”, explica (www.palabrashabitadas.com).
EL PODER DE LOS DESEOS Y LOS SUEÑOS.
Castellanos recomienda clarificar las intenciones de nuestros deseos, de nuestros sueños, buscando un lugar tranquilo y silencioso para preguntarnos qué desea nuestro corazón, “debemos elegir con esmero para expresar los sueños que guardamos en nuestro corazón”.
“Comienza a escribir a mano, con caligrafía hermosa, con cuidado en cada trazo, aunque luego los vayas a verbalizar, qué es lo que deseas para ti, porque es importante ser amigable con uno mismo”, señala.
“Luego caligrafía aquello que deseas para las personas que quieres y termina con lo que deseas para el mundo, porque los deseos son una forma de enamorarse del mundo y de todo lo que habita en él”, apunta.
Castellanos comparte algunos deseos que habitan en su corazón, a modo de inspiración para que formulemos nuestros brindis para las próximas fiestas.
// “Quiero, cada día, cuando me levanto, que mis palabras y mis gestos hacia vosotros sean sanos, amables, compasivos e impulsen vuestro bienestar”//.
También propone brindar de esta manera:.
//“Quiero que cada uno de vosotros alcance la alegría de vivir cada mañana y que la felicidad se instale, con calma, en la rapidez, el movimiento y la conmoción del mundo”//.
BUENOS PROPÓSITOS DESDE EL CORAZÓN.
//“Por su parte, los propósitos son la caligrafía del corazón. Antes de escribirlos, toma aire profundamente y siente cómo las palabras brotan desde tu corazón”//.
//“Escribe, trazando, con movimientos bellos, serenos, cada una de tus palabras escogidas, porque cada palabra es la unidad mínima para la construcción de un resultado, de tu propósito”//.
Sugiere escribir concretando, con precisión qué es aquello que tenemos el propósito de cuidar, proponiéndonos, ante todo, cuidar nuestro lenguaje y nuestra escritura, “porque ellos cuidarán de nosotros”.
Nº 1: “Quiero y cuido mi cuerpo, mi salud cada día, durmiendo y descansando bien, hago la cama… paseo y hago ejercicio, medito sobre lo qué voy a comer y cómo lo voy a comer”.
Nº 2: “Vivo cada instante mi salud de la forma más significativa posible, para cuidar de mi existencia”.
Nº 3: “Me cuido para cuidar a los que me rodean”.
Nº 4: “Quiero y deseo que todos los seres vivos tengan bienestar, que prosperen en su corazón y en su vida con generosidad”.
Nº 5: “Deseo que la abrumadora realidad de estos momentos y la conmoción del mundo no nos hagan perder la esperanza activa”.
Nº 6: “Quiero que habitemos la bondad y la alegría como forma de vivir cada instante. Nº 7: “Quiero aliviar el sufrimiento y el dolor desde la caligrafía del amor que deseo escribir en mi corazón”.
Por Ricardo Segura // EFE/REPORTAJES
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