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¿QUÉ HACER SI MAMÁ O PAPÁ BEBEN DEMASIADO O USAN DROGAS?

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No es fácil vivir con una persona que tiene problema de abuso de alcohol o drogas. Sobre todo, si se trata de uno de tus padres.

Un conocido refrán dice: “No te fíes de lo que ves… Pues a veces, hasta las apariencias engañan” ….

Y ese precisamente pudiera ser el caso del hijo de tu vecino o de la mejor amiga de tu hija o hijo. Ellos aparentan ser jóvenes perfectamente normales y que disfrutan de una vida alegre. Pero a veces detrás de sus dulces rostros, guardan un gran secreto del cual sienten que no pueden hablar: “Mi mamá o mi papá es un alcohólico o drogadicto”.

Cuando los jóvenes crecen en un hogar en el que uno de los padres abusa de sustancias controladas, pueden desarrollar problemas que potencialmente perduren toda su vida. Corren el riesgo de sufrir de depresión y ansiedad, a menudo carecen de destrezas sociales y tienen problemas en las relaciones interpersonales.

Los jóvenes de padres que abusan de sustancias controladas también pueden sentirse aislados, avergonzados o temerosos de traer amigos de visita a su casa. Los expertos dicen que estos jóvenes necesitan adultos comprensivos que los ayuden, aunque sea sólo para conversar de la situación, demostrándoles que desahogarse al respecto no significa que estén traicionando a sus padres. Estos adultos de confianza (como parientes, amigos, maestros, entrenadores o el personal de enfermería de la escuela) pueden ayudar a los jóvenes a sentirse menos solos, faltos de cariño y confundidos por las acciones de sus padres. Haciéndoles entender que la situación por la que están pasando no es su culpa, ya que ellos no pueden curar a sus padres y probablemente no pueden mejorar lo que está pasando.

Por supuesto que tanto psicólogos como psicoterapeutas son los profesionales indicados para tratar este tipo de problemas, sin embargo, los adultos si lo desean también pueden “ayudar” a estos jóvenes; aunque antes de pretender hacerlo, primero hay que averiguar de qué se trata.

A continuación mencionamos algunas de las maneras en que los adultos pueden reconocer a los jóvenes que sufren de este tipo de problema, por eso sugerimos estén atentos a señales como: Muy seguido llegar tarde a la escuela, la tendencia de mantenerse apartados de otras personas, inestabilidad en el desempeño académico y en otras funciones y/o el padecimiento de enfermedades físicas como dolores de cabeza o de estómago sin causa aparente.

Como mencionábamos anteriormente, los padres de otros chicos pueden ayudar, aun sin ser expertos y es que a veces, el mero hecho de conversar en un ambiente familiar o en la escuela sobre su situación particular es suficiente apoyo para un joven o adolescente.

En otras ocasiones, estos jóvenes necesitan ayuda a través de un grupo de apoyo como Alateen. Por ejemplo, una niña de 12 años que participa en un programa de apoyo para jóvenes de padres que abusan de sustancias controladas dijo: “El grupo es como una familia para mí. Está lleno de personas jóvenes que me entienden y me siento segura ahí. Muy seguido me hacen ver que este problema no es por mi culpa y me dan esperanza de que esto cambiará”.

También los adultos comprometidos que trabajan a diario con hijos de padres que abusan de drogas o alcohol se pueden convertir en un apoyo permanente para estos jóvenes.

Para información, incluyendo recursos informativos para que los adultos puedan ayudar a los hijos de aquellos padres que por “x ó z” razones son usuarios de drogas y/o alcohol, pueden llamar al

1-800-477-6291 (pida ayuda en español).

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