¿Eres de las personas que cambia de pareja como de ropa? ¿No sabes cuál es tu problema, pero no logras estabilidad con nadie?
Detrás de esos fracasos sentimentales podría esconderse un patrón de pensamiento y comportamiento que está dinamitando tus relaciones y que podríamos llamar “autosabotaje”.
A medida que nos abrimos a otra persona, nos hacemos vulnerables al rechazo y al abandono, alimentando así algunas de nuestras inseguridades más profundas. Para muchos, especialmente aquellos que han experimentado un trauma infantil o relaciones familiares inestables, tales inseguridades pueden conducir a un comportamiento de autosabotaje.
1. NO ACEPTAR QUE TU PAREJA TE VA A FALLAR
Cuidado con establecer altas expectativas porque será sin duda otro fracaso, sobre todo si uno cree que la responsabilidad de la felicidad de la vida propia se deposita en el ser amado. Como buscas a alguien perfecto, infalible, y no hay nadie perfecto sobre la faz de la tierra, te autosaboteas cuando le pides peras al olmo, cuando nadie puede satisfacer tus expectativas fantasiosas y, por qué no decirlo, ilusas.
Los defectos que te molestan ahora de tu pareja -y que no viste en la etapa de la fascinación o deslumbramiento- sólo van a empeorar con el tiempo. Depende de ti decidir en qué vas a focalizar. En lugar de estar cada vez más molesta por sus malos hábitos, trata de concentrarte en lo que te gusta de esa persona, en sus virtudes y cualidades.
2. SER UNA PERSONA CELOSA Y POSESIVA, DESCONFIADA E INSEGURA
Los celos no son una muestra de amor, son una muestra de inseguridad que desata un enfermizo deseo de control. Si cada paso que da tu pareja es motivo de celos, dudas y desconfianza, es probable que estés alimentando una actitud paranoica y controladora que terminará arrebatándole el oxígeno psicológico y que, a la larga, pondrá fin a la relación.
Hay un dicho popular: “si es histérico, es histórico”, que significa que nuestras fuertes reacciones emocionales pueden ser nuestras mejores pistas para los asuntos pendientes de nuestro pasado. No culpes a esta nueva pareja de tus errores anteriores. Los celos son el camino más veloz de destruir una relación que podría haber sido promisoria, de no haber sido por tu subconsciente deseo de sabotearla.
3. TENER MIEDO A SER VULNERABLE CON TU PAREJA
Para construir una relación hay que hacer puentes, no destruirlos. Saboteas tu relación cuando escondes la verdad, cuando tienes una “doble vida”, inclusive cuando no le cuentas cosas a tu pareja por temor a herirla. El caso es que la verdad siempre sale a la luz y que cuando una persona esconde cosas a la otra, no importa cuán pequeñas sean, se crea una sospecha y por ende una distancia en la relación.
Al compartir secretos te muestras vulnerable con tu pareja y es esa vulnerabilidad la que conducirá a un mayor acercamiento.
4. NO HABLAR DE SEXO
Si estás insatisfecho(a) sexualmente y no te gusta la idea de conversar con tu pareja sobre su vida íntima, estás saboteando tu relación. Tu ser amado no tiene por qué adivinar cuán mal están en ese campo, según tú. O si sospecha algo no sabe la magnitud del asunto.
No es raro que las parejas que ya llevan tiempo juntas tengan discrepancias de deseo, ya que los impulsos sexuales de las parejas se alteran a través de los años. Cuando una de las partes tiene más ganas que la otra, no sólo puede conducir a insatisfacción sexual, sino también a la culpa, la inseguridad y el rechazo de la pareja que desea más. Hablar de ello con transparencia y honestidad es el primer paso para encontrar soluciones.
5. PONERTE A LA DEFENSIVA Y PRACTICAR “LA LEY DEL HIELO”
Puede sonar contradictorio, pero tener discusiones y estar en desacuerdo es mucho menos insano que tener discusiones imaginarias en las que tú estás en postura defensiva sin que tu pareja haya tenido la menor intención de atacarte o acusarte de algo.
Si tu actitud es altamente irritable, si de cualquier cosa te enojas o molestas, el problema está en ti y, mientras no lo corrijas, continuarás saboteando tu relación. Tú crees que practicando La ley del hielo le pagas con el látigo de tu silencio, pero la verdad es que estás haciendo algo mucho peor: lo descalificas o desconfirmas como interlocutor válido, le dices “tú no existes para mí”, lo tratas como enemigo.
Entender que la pareja perfecta no existe puede salvarte de varias decepciones. Sanar las heridas del alma de la infancia, trabajar en tu salud emocional y ser paciente y honesto con tu ser amado serán herramientas claves para no sabotear tus relaciones.
Por Cecilia Alegría La Dra. Amor / aredhispana.org
Para consejería individual o de pareja visita la sección consultas de www.ladoctoraamor.com
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