Acapulco (México), 8 sep (EFE).- Los habitantes del balneario de Acapulco se levantaron este miércoles todavía temerosos por el terremoto de magnitud 7,1 que sacudió con fuerza el sur y centro de México, dejando un fallecido y daños materiales menores.
Durante toda la noche, en esta ciudad costera se han sentido hasta 210 réplicas del movimiento telúrico, que tuvo lugar la noche del martes con epicentro a 11 kilómetros del balneario y se sintió en varios estados del país.
“Yo estaba sola y estaba en la planta baja de mi casa y empezó a moverse todo. Y ya cuando intenté salir sentí todo el impacto que se vino de piedras. La verdad es que no entendí que había pasado, vi que el muro estaba encima de mi coche”, dijo este miércoles a Efe Ana María Arieta.
Su terror comenzó al filo de las 21.00 hora local (02.00 GMT del miércoles) al darse cuenta de que dos de sus tres vehículos habían quedado dañados, totalmente, debido al terremoto.
Así como ella estaban unos turistas de la Ciudad de México, quienes sin pensar se bajaron de su vehículo para resguardarse del temblor, justo minutos antes de que su camioneta fuera aplastada por unas columnas de un hotel.
“Solo fue un gran susto, pero ya nos queremos regresar. A nosotros nos tocó el terremoto del 19 de septiembre del 2017 (que dejó numeros fallecidos y daños en la capital) y fue algo muy feo. Ya tenemos nuestras maletas listas para irnos”, comentaron.
ALBERGUES HABILITADOS
Hasta el momento, las autoridades del sureño estado de Guerrero han registrado un fallecido, así como derrumbes, vallas colapsadas y desprendimiento de rocas en diversas carreteras, así como afectaciones en fachadas de viviendas, establecimientos y hospitales, principalmente en Acapulco y Chilpancingo.
A raíz del sismo, las autoridades habilitaron 4 albergues en espacios deportivos para las personas que decidieran refugiarse fuera de su casa por miedo a que colapsaran sus viviendas.
A esta iniciativa también se le unieron algunos hoteles que por redes sociales invitaron a las personas a pasar la madrugada en sus áreas comunes.
También se registraron daños severos en viviendas de adobe en el municipio de José Joaquín de Herrera, en la región conocida como la Montaña de Guerrero.
“Estaremos durmiendo los días que sean necesarios afuera de la casa. Si tenemos que dormir en el carro o aquí toda una semana lo haremos, porque no sabemos cómo quedó ahí donde vivimos”, dijo a Efe Laura Ramos, quien prefirió pernoctar en una cancha de fútbol al aire libre que en su departamento en el quinto piso.
A pesar de que los sismos se pueden considerar algo cotidiano en el estado de Guerrero, muchos lugareños coincidieron que nunca se había sentido un temblor de esa magnitud.
Este sismo recordó lo ocurrido hace exactamente cuatro años cuando se registró un terremoto de magnitud 8,2 el cual tuvo su epicentro en el Golfo de Tehuantepec y afectó principalmente los estados de Oaxaca y Chiapas, donde 98 personas perdieron la vida, 78 de ellas en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.
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