“¡Cómo han cambiado los tiempos!”, dicen los adultos refiriéndose a los avances científicos y de comunicación es que hasta hace poco, los pasatiempos preferidos de los hijos eran los videojuegos, la t
“¡Cómo han cambiado los tiempos!”, dicen los adultos refiriéndose a los avances científicos y de comunicación es que hasta hace poco, los pasatiempos preferidos de los hijos eran los videojuegos, la tele, el radio, entre otros; pero ahora esto ha cambiado y la tecnología, es la principal culpable…
Esto tiene muy preocupados a muchos expertos y educadores que ya han comenzado a advertir a los padres sobre el serio peligro que suponen entre los menores, adolescentes e incluso jóvenes del abuso de nuevas tecnologías como el celular, los i-pods o el internet. Según los profesionales, el desenfrenante uso de estos artefactos se está tornando en adicción, algo que puede llegar a producir desequilibrios en su comportamiento, que sería algo así como procesos similares a los que ocurren en el consumidor de drogas.
Algunos estudios revelan que, hoy en día, el 12% de los adolescentes en este país abusa del teléfono celular y del internet. A simple vista, estas actividades podrían pasar por meros momentos que les distraen y entretienen; Sin embargo, con el tiempo, esas aficiones se convierten en adicción y es cuando comienzan a surgir los problemas.
Así se ha puesto de manifiesto el doctor Jesús de la Gándara, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, en Argentina; “si bien es cierto que el uso de estas herramientas es consecuencia de la hipermodernidad en la que nos movemos, el problema grave se suscita cuando su uso se convierte en abuso, ya que eso de una u otra manera ocasionará trastornos a las familias que pueden llegar a ser catastróficos en muchos sentidos, como por ejemplo, psicológico, social y económico.
UN PROBLEMA ALARMANTE
Un estudio realizado por la oficina del Defensor del Menor en Madrid en el año 2006, señala que un 54% de los jóvenes de 17 años usuarios de teléfonos celulares declararon haberse sentido “agobiados o pasarlo fatal” cuando prescendían temporalmente del uso de este artefacto… Y según los expertos “agobiado”, es un estado de ánimo que puede ser indicativo de padecer en un futuro, una conducta adictiva.
Asimismo, el doctor Javier San Sebastián, coordinador del programa sobre el Trastorno por Déficit de Atención y trastornos de la conducta y jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario de Madrid, opina: “Por desgracia es cierto que cada vez se da más este tipo de adicciones a las nuevas tecnologías y quizás las más invalidantes sean las de Internet, chat, messenger, apuestas, telefonía móvil…”
El problema radica en que al principio el adolescente o joven sólo las usa como pasatiempo, pero luego se convierte en su esclavo y finalmente es un enfermo que cae en las adicciones electrolúdicas y mientras más joven sea el chico que cae en estas adicciones, más será el daño psicológico, ya que producen desequilibrios en el niño impidiendo su sociabilidad y entorpeciendo su desarrollo. “Finalmente -señala este experto- lo que ocurre es que el niño se esclaviza al igual que le ocurre al consumidor de drogas. Y las consecuencias no distan mucho de aquellas: fracaso escolar y social, alteraciones de la conducta, autismo y encerramiento progresivo en sí mismo”.
¿ADICCIONES DE ORIGEN BIOLOGICO?
Con respecto al punto de inicio de este tipo de conductas, el doctor San Sebastián señala que “el origen de estas nuevas adicciones podría residir, entre otras causas, en la irresponsabilidad familiar ya que si los adultos de la casa tuvieran la conciencia plena al respecto, prestaría más atención, cuidados y tiempo a los chicos y esto no ocurriría”.
Por su parte, el Dr. Gándara, se ha dedicado a investigar el cerebro humano para buscar un origen biológico que condicione dichas adicciones: “Para hacer ciencia de todo esto hay que conocer el cerebro humano y ahora estamos estudiando modelos en los que observamos cómo los jóvenes se hacen adictos a una tecnología o a un comportamiento porque, al final, esto se convierte en algo biológico y que está relacionado con varios elementos: la dopamina (que está relacionada con los circuitos de recompensa), la noradrenalina (relacionada con la excitación) y las endorfinas (también conocidas como hormonas de la felicidad)”, indica el especialista.
Para atajar a tiempo esta problemática, Javier San Sebastián recomienda a los padres de familia estar al pendiente de los gustos, actividades y comportamientos en ese sentido de sus hijos y si bien no se puede prohibir el uso de los adelantos tecnológicos y de comunicación, si deben ponerse limites y supervisar a los adolescentes y preadolescentes para que esos ‘gustos’ no se conviertan en ‘adicciones’.
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